La OCDE apoya subir el salario mínimo pero pide retrasar la edad de jubilación
Gurría reclama acelerar la rebaja de la deuda pública sin ahondar la desigualdad
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, volvió ayer a Madrid con su vademécum de políticas con el que tratar de conjugar avance económico y bienestar social. Un crecimiento inclusivo, apuntó con insistencia, mientras advertía del descontento que genera la desigualdad. Como muestra de este difícil equilibrio, Gurría defendió ante la ministra de Economía, Nadia Calviño, la conveniencia de endurecer los requisitos de jubilación, al tiempo que no dudó en desmarcarse de la opinión de otras instituciones y buena parte de los expertos al apoyar la inminente subida a 900 euros del salario mínimo. “Es un ajuste razonable”, que acerca a España al promedio de países de la OCDE, afirmó, en contra de quienes piensan que puede erosionar la creación de empleo. “Se trata de un mínimo de protección social para evitar que haya empleos de extrema precariedad”.
La OCDE, en cambio, se une a la posición de organismos como el FMI para reclamar una batería de medidas con las que hacer frente al progresivo envejecimiento de la población. Así, recomiendan alargar la edad oficial de jubilación más allá de los 67 años –ligándolo a la esperanza de vida–, ante la “presión” sobre las cuentas públicas. También se muestran partidarios de empujar a la baja la cuantía de las pensiones al ampliar el tiempo que tener en cuenta en el cálculo de la prestación hasta toda la vida laboral, exigir más años para cobrar la pensión íntegra. También apuestan por facilitar la compatibilidad entre pensión y salario. Como contrapartida, piden eliminar el umbral mínimo de años para tener derecho a una pensión contributiva.
En todo caso, el informe ofrece un diagnóstico relativamente positivo sobre la evolución de la economía, al destacar que “la recuperación ha sido sólida y equilibrada”, a pesar de la todavía elevada tasa de paro y de que la deuda “apenas ha disminuido”. “Venimos a traer un voto de confianza en el desempeño de la economía española, en las autoridades y en la dirección de las políticas que se está dando”, aseguró, para rematar: “A España le está yendo mejor que a Europa y que al resto del mundo, no nos rasguemos las vestiduras”.
Sin embargo, el análisis de la OCDE insiste en avanzar en las reformas ahora que el crecimiento económico se va desacelerando paulatinamente. En términos tributarios, vuelven a aconsejar elevar el IVA y aumentar los impuestos medioambientales, mientras que se inclinan por reducir, por ejemplo, las cotizaciones para los indefinidos con los sueldos más bajos –lejos de los planes del Gobierno, que se
PROPUESTAS TRIBUTARIAS El organismo defiende elevar los impuestos al consumo y sobre las herencias de los ricos
EN POSITIVO
“Venimos a traer un voto de confianza en el desempeño de la economía española”
plantean subir las cuotas máximas–. Además, apoyan aumentar el impuesto de sucesiones para los contribuyentes más ricos y que el Gobierno central fije tipos mínimos comunes. En todo caso, piden a las autonomías que “reconsideren las desgravaciones concedidas a los estratos de población más acomodados”, en especial en los territorios que padecen más desigualdades.
Sobre la reducción de la deuda pública de los últimos años (sigue muy cerca del 100% del PIB), son partidarios de acelerar el proceso mientras la economía siga creciendo. “Todos los ingresos extraordinarios deberían destinarse a reducir la ratio de deuda sobre PIB”, señalan en el informe España 2018.
La ministra Calviño agradeció el diagnóstico de la organización que agrupa a los países más industrializados y evitó entrar en la valoración de medidas concretas. Ni siquiera ante una cuestión clave como la de las pensiones, que concentra la mayor partida pública de los presupuestos. Prefirió lanzar la pelota hasta el tejado del pacto de Toledo y el diálogo social.