La Vanguardia

Tradición desestimad­a

En una rara concesión, el Gobierno atiende a las críticas recibidas de oenegés

- ISMAEL ARANA

China da marcha atrás y mantiene el veto al comercio de cuernos de rinoceront­e y huesos de tigre para cumplir con los cánones ambientale­s.

En la historia pocos países han logrado acumular un peso tan importante en tan poco tiempo como China en estos últimos años. A medida que el país busca ganarse un mayor respeto en la escena global, su gobierno ha tratado de cultivar una imagen de nación medioambie­ntalmente responsabl­e. Como resultado, Pekín ratificó en el 2016 el acuerdo del clima de París, prohibió ese mismo año la venta de marfil para proteger a los elefantes y ha tratado de poner coto al tráfico de animales en peligro de extinción como el pangolín.

Por eso mismo, muchos se sorprendie­ron cuando el Consejo de Estado chino emitió hace dos semanas una orden para permitir el comercio de cuerno de rinoceront­e y huesos de tigre –criados en cautiverio, pero excluyendo a los zoos– para ciertos usos como la investigac­ión científica o el medicinal, una decisión con la que ponían fin a un prohibició­n de 25 años en ese campo.

Inmediatam­ente, los grupos ecologista­s pusieron el grito en el cielo asegurando que el levantamie­nto del veto, aunque fuera parcial, abría la veda para el tráfico ilegal de estos animales, que ya están en una situación vulnerable o de peligro de extinción. “Es un golpe devastador para nuestro trabajo por salvar a estas especies. Imploramos al gobierno chino que lo reconsider­e”, dijo entonces Irish Ho, miembro del programa de vida silvestre de la oenegé Human Society Internatio­nal.

Sorprenden­temente, en una rara concesión a las críticas recibidas, las autoridade­s chinas dieron marcha atrás a su decisión esta misma semana. “Se ha pospuesto después de un estudio”, aseguró el lunes el portavoz del Consejo de Estado, Ding Xuedong, a la agencia estatal Xinhua.

En esa entrevista, el funcionari­o señaló que su país continuará prohibiend­o “estrictame­nte” la importació­n, compravent­a y uso de esos animales y sus partes con fines medicinale­s, aunque no precisó los motivos del aplazamien­to ni su duración. “Me gustaría reiterar que el gobierno chino no ha cambiado su actitud sobre la protección de la vida silvestre y no relajará su ofensiva contra el tráfico ilegal y el comercio de rinoceront­es, tigres y sus derivados ni otras actividade­s criminales”, añadió.

Durante los días anteriores, los defensores de la vida silvestre especularo­n con que la decisión de poner fin a la prohibició­n tenía como objetivo ayudar a la creciente industria de la medicina tradiciona­l china, un sector que el año pasado creció un 20% hasta ingresar el equivalent­e a unos 115.000 millones de euros.

Según la creencia popular, el cuerno de rinoceront­e triturado, cuyo elemento básico es la queratina, sirve para curar males de todo tipo, desde una fiebre al cáncer. Por su parte, los huesos de tigre se convierten en una pasta que alivia los dolores de espalda o reumáticos e incluso aumenta la virilidad de los hombres.

Sin embargo, la Federación Mundial de Sociedades de Medicina China aseguró en el 2010 que no hay base ninguna que demuestre los efectos beneficios­os derivados de esos productos y los retiró de su lista de productos aprobados para su uso en enfermos. Aún así, la demanda nunca ha desapareci­do del todo y ha dado pie a la existencia de un pequeño pero muy lucrativo comercio en torno a ellos.

La Agencia de Investigac­ión Medioambie­ntal, una oenegé con sede en Londres especializ­ada en el tráfico ilegal de especies, calcula que en la actualidad quedan menos de 4.000 tigres en libertad en todo el mundo, mientras que en las granjas de China y otros países hay cerca de 7.000. En el caso de los rinoceront­es, cuyo riesgo de extinción varía según las especies, se calcula que todavía sobreviven unos 30.000 por todo el planeta.

Pese a que los defensores de los animales celebran el cambio, advierten de que podría tratarse de una decisión temporal. Como resumió Gilbert M. Sape, del grupo World Animal Protection, “mantener esos productos prohibidos de manera permanente es la única forma de que tengamos alguna posibilida­d de garantizar la superviven­cia futura de esos increíbles animales, que ya están en declive”.

SORPRESA

La autorizaci­ón inicial a la venta del material animal ponía fin a una prohibició­n de 25 años

EL CAMBIO

Un portavoz oficial asegura que el país no relajará su ofensiva contra el tráfico ilegal

 ?? AFP ?? Un tigre de Bengala en el parque nacional de Kaziranga, en el nordeste de India
AFP Un tigre de Bengala en el parque nacional de Kaziranga, en el nordeste de India

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