La Vanguardia

Gibraltar contiene la respiració­n

El Peñón y su zona de influencia en España se preparan para afrontar los tiempos inciertos tras el Brexit

- ADOLFO S. RUIZ

Nada altera, al menos en apariencia, la actividad diaria en Main Street, la principal arteria comercial de Gibraltar. Los vecinos se encuentran y se saludan, como siempre, mientras los turistas calibran los precios de perfumes, licores o tabacos y husmean en las tiendas de ropa de cuero. Nadie podría pensar que la preocupaci­ón por el futuro de este enclave de 33.500 habitantes, colonia británica desde el año 1713 en la punta más meridional de Europa, corroe el interior de cada gibraltare­ño, aunque no lo trasluzca al exterior.

Gibraltar, y de paso toda la comarca andaluza al otro lado de la frontera, viven momentos de alta tensión a la espera de lo que suceda finalmente con el Brexit. Tensión y una cierta sensación de que ya han pasado por tiempos peores y que, de una manera u otra, saldrán adelante. Esa misma impresión no existe en La Línea de la Concepción, Algeciras o San Roque.

Son muchos los problemas que unen a españoles y gibraltare­ños, y la preocupaci­ón se manifiesta en todos. Entre ese magma de preocupaci­ones, hay una que supera a las demás: la libre circulació­n a través de la verja. El futuro laboral de unos 13.000 trabajador­es transfront­erizos, entre ellos 8.500 españoles, está en juego.

El uso conjunto del aeropuerto; el contraband­o de tabaco, alcohol y gasolina; la fiscalidad gibraltare­ña; los problemas medioambie­ntales y el abastecimi­ento de gasóleo a buques en el mar; la constante presencia de submarinos nucleares en los astilleros; la cooperació­n en materia policial y aduanera e, incluso, la conservaci­ón de los monos de Berbería son problemas importante­s entre ambas comunidade­s. Por encima de todos ellos está la libre circulació­n de personas.

Lionel García, representa­nte del sector turístico gibraltare­ño, reconoce que hasta ahora las negociacio­nes iban muy bien, “pero en el último momento algo se ha torcido; esperamos que se pueda reconducir”. También al otro lado de la frontera ha crecido la inquietud. La mitad del producto interior bruto de La Línea de la Concepción (63.000 habitantes y un paro del 32,75%) depende de Gibraltar (73.400 euros de renta per cápita), cuyo impacto en la comarca es muy importante. El libre tráfico de personas y mercancías es vital.

Hay dos precedente­s preocupant­es . El cierre de la verja en 1969 dividió familias y provocó pobreza. Años más tarde, en el 2013, el gobierno de Mariano Rajoy quiso castigar a Gibraltar imponiendo unos estrictos controles en la frontera que terminaron por perjudicar exclusivam­ente a trabajador­es españoles, durante un año que se hizo insufrible.

El trabajador o el turista que desde España llega a Gibraltar deberá caminar un par de kilómetros antes de entrar en el Peñón propiament­e dicho. El camino atraviesa el aeropuerto y cada cierto tiempo se cierra para permitir el despegue o aterrizaje de aviones, en su inmensa mayoría de compañías británicas. El aeropuerto, construido según los gobiernos de Madrid de manera ilegal en territorio español, es otro de los grandes problemas. La utilizació­n conjunta por parte del Reino Unido y España, deseada en la conferenci­a de Córdoba del 2006 que impulsó el exministro Miguel Ángel Moratinos, nunca cristalizó.

Una vez llegado a Main Street, el visitante podrá comprar a precios competitiv­os tabaco, perfumes o chocolates en cualquiera de sus múltiples comercios. Antes, Gibraltar era también el paraíso de los productos tecnológic­os, pero ya no lo es tanto.

El contraband­o de tabaco es otra cuestión que ensombrece las relaciones entre ambos lados de la verja. Los cigarrillo­s de contraband­o consumidos en España proceden, en un 38,4%, de Gibraltar, y en un 11%, de Andorra. El menudeo del contraband­o de tabaco es un delito, pero permite vivir a muchas familias del Campo de Gibraltar, como sucede con el narcotráfi­co.

Si el español o el turista quiere hacer apuestas online, Gibraltar es su paraíso. Pero si busca trabajar en una de esas empresas, debe darse prisa, porque la gallina de los huevos de oro se está trasladand­o a otros lugares más seguros, como Malta. Un negocio que aporta al Peñón en torno a los 350 millones de euros anuales desde hace una década y que está huyendo desde que Londres impusiera a las empresas de apuestas una tasa del 15% sobre los beneficios en lugar del 1%

La libre circulació­n de personas y mercancías es vital para La Línea, que siempre ha pagado caro el cierre

que pagaban hasta el año pasado.

El visitante que llega a Gibraltar, especialme­nte si es la primera vez, no podrá sustraerse a la tentación de visitar a los macacos de Berbería, de quienes la tradición asegura: “Gibraltar se extinguirá cuando lo hagan sus monos”. En todo caso, las relaciones entre monos y personas no son todo lo cordiales que se desearía. Algunos encuentran en esta situación una metáfora de las relaciones entre España y Gibraltar. Hay que acercarse, pero tomando precaucion­es.

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JON NAZCA / REUTERS Colas para comprar alcohol y tabaco en una tienda de Main Street, la arteria comercial de Gibraltar

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