Manuscritos en falso
El negocio de las reliquias continúa vivo en pleno siglo XXI, como lo demuestran las fuertes sumas abonadas recientemente por varias instituciones bíblicas de EE.UU. para hacerse con porciones de los manuscritos del mar Muerto, unos restos que ahora se sospecha que podrían ser falsificados.
Cuando Dalí escribió en los años 50 su tratado sobre 50 secretos mágicos para pintar expresó su admiración por Rafael y su perfección de la belleza, hasta el punto que expresaba el sueño de tener algún día uno de sus cuadros colocado al lado de los del pintor del renacimiento italiano. Y ese día ha llegado. El Museo del Prado ha prestado al Teatre-Museu Dalí de Figueres la pintura de Rafael Virgen de la Rosa que hasta el próximo 6 de enero podrá contemplarse al lado de uno de los cuadros de Dalí, titulado La ascensión de Santa Cecilia e inspirado en una madona del pintor de Urbino.
Este préstamo se inscribe en el proyecto De gira por España, una iniciativa del Museo del Prado durante la celebración de su bicentenario. Está previsto prestar obras a 18 museos de toda España, siguiendo una vieja tradición de esta institución. Además de la obra prestada a Figueres se está estudiando otro acuerdo con el museo Víctor Balaguer, de Vilanova i la Geltrú, que ya cuenta en su colección con numerosas obras del Prado. Según explicó ayer Miguel Falomir, el Prado tiene depositadas, en muchos casos desde el siglo XIX, unas tres mil obras por toda la geografía española, de las cuales 250 en Catalunya.
En Figueres, el Museu de l’Empordà dispone de 35 y en Girona hay otras 77. Falomir también se refirió al hecho de que ahora se van a cumplir 80 años de la llegada a Figueres y a otros puntos de la comarca de una selección de las mejores obras del Prado que, para evitar su destrucción, se depositaron en parte en el castillo de Sant Ferran. Y fue aquí donde se firmó el llamado acuerdo de Figueres por el que directores de museos de todo el mundo se comprometían a llevar estas obras a buen recaudo a Suiza, para posteriormente entregarlas a quien ganase la guerra, como así se hizo.
Por todo ello, y por esa admiración de Dalí hacia la obra de Rafael,
que había podido estudiar ya cuando estudiaba en Madrid, surge este proyecto. Tal como señaló la directora de los museos Dalí, Montse Aguer, “Dalí quiso ser el Rafael de su época, abandonó la gloria surrealista para volver a la tradición”.
La exposición del Teatre-Museu Dalí se titula Dalí-Rafael, una prolongada ensoñación y junto a la obra de Rafael, de 1517, y la de Dalí, de 1955, se pueden ver también varios dibujos preparatorios de Dalí y fotos de sus distintos talleres, donde siempre tenía colgada alguna reproducción del artista italiano, al que admiraba por su virtuosismo. Ascensión de Santa Cecilia pertenece al periodo místico-nuclear de Dalí y se inspira en el óleo Santa Catalina de Alejandría de Rafael, que aparece como trasfondo de su cuadro en una imagen formada por elementos que recuerdan el cuerno del rinoceronte, considerado un emblema de la pureza y la castidad. En la parte inferior del cuadro, Dalí pintó en tonos grisáceos unas paredes de piedra seca, muy al estilo de las existentes en Cadaqués. Es conocida la frase de Dalí, que dijo que quería convertir su paisaje de Portlligat en punto de referencia de su obra como Rafael había hecho con Urbino.
La exposición, comisariada por Montse Aguer, se complementa con una publicación divulgativa en soporte digital, coordinada por Fiona Mata y Lucia Moni, del Centro de Estudios Dalinianos, y un documental a cargo de David Pujol.
ANTONIO LÓPEZ
Dalí en los setenta era un pintor menospreciado y me imagino que debió de sentirse muy solo”
OSCAR TUSQUETS
Josep Pla y Salvador Dalí eran antirrománticos, se entendían muy bien, los añoramos”
MIGUEL FALOMIR
No hay que tomar a Dalí en su literalidad”