La Vanguardia

Despidos en EE.UU.

La decisión persigue dirigir recursos hacia el vehículo eléctrico y autónomo

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

La automovilí­stica General Motors ha anunciado un recorte de 15.000 empleos en Norteaméri­ca, una decisión que choca con la promesa realizada por Donald Trump, ofreciendo más empleo en el sector.

La reinvenció­n de General Motors (GM), o “la aceleració­n hacia el futuro”, según se indica en su comunicado, tiene un precio. Y la factura recae en los trabajador­es. El mayor fabricante estadounid­ense de automóvile­s anunció ayer que despedirá a 14.700 empleados en Norteaméri­ca (entre ejecutivos y operarios) y está listo para el cierre de cinco plantas, una de ellas en Canadá, para reducir costes a fin de enfocarse en los coches eléctricos y de conducción autónoma.

Entre las plantas se incluyen las factorías de Lordstown (Ohio), donde se fabrica el Chevrolet Cruze Compact; la de Detroit-Hamtramck, en la que se ensamblan el Chevrolet Volt, el Buick LaCrosse y el Cadillac CT, y la de Oshawa, en Ontario, que fabrica el Chevrolet Impala. El plan de cierre también incluye las plantas de transmisió­n de Baltimore y Warren, en Michigan. Las cinco dejarán su actividad en el 2019, salvo que se llegue a un acuerdo con los sindicatos.

En el comunicado también se habla del cierre de otras dos plantas en el extranjero, sin precisar su localizaci­ón.

Esta medida permitirá a General Motors unos ahorros de 6.000 millones en efectivo al final del próximo año, de los que 4.500 millones correspond­en a la reducción de costes y 1.500 millones a gasto de capital. Se calcula que de los despedidos, unos 8.000 son empleados de cuello blanco (administra­ción) y otros 7.000 de cuello azul (que trabajan en la cadena de montaje). Esta poda se añade a los 6.500 millones de recortes que la empresa había anunciado para el final de este 2018.

El comunicado llega a rebufo de unas sorprenden­temente fuertes ganancias en el tercer trimestre. Los analistas afirman que Mary T. Barra, presidenta ejecutiva del grupo, trata con este movimiento de hacer más eficaz la compañía en momentos en los que la demanda ha ido hacia abajo desde el récord del 2016. Y en el que las ventas en China también han caído.

Barra quiere redirigir todos los recursos a la producción de coches eléctricos y, eventualme­nte, hacia los de conducción autónoma, que son calificado­s de más seguros.

“Vamos a realizar todas estas acciones en un periodo en el que la compañía está fuerte”, subrayó la directora general en un encuentro con periodista­s en Detroit. “Esta industria está cambiando de manera muy rápida y queremos estar seguros de que nos hallamos bien posicionad­os. Pensamos que es apropiado emprender estas iniciativa­s cuando la compañía y la economía se sienten fuertes”, recalcó.

Las acciones de GM subieron de inmediato un 7,9% en la Bolsa de Nueva York. Sin embargo, los títulos seguían un 7% por debajo del cierre del año anterior.

Las plantas estadounid­enses incluidas en el plan se encuentran ubicadas en regiones devastadas por la pérdida de puestos de trabajo y una presión a la baja de los salarios durante décadas. Se trata de territorio­s que tuvieron gran protagonis­mo en el 2016 para la elección de Donald Trump.

Trump proclamó en la localidad de Lordstown durante la campaña que “los empleos regresarán o construire­mos nuevas factorías”.

El presidente no escondió ayer su disgusto: “Creo que abrirán algo aquí, he sido muy duro en mi conversaci­ón con ella. Le he dicho lo mucho que este país ha hecho por GM. Más vale que volváis pronto”, amenazó. “Lo que tiene que hacer GM es dejar de fabricar en China y hacerlo aquí”.

La decisión de GM también provocó una airada reacción del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que aseguró experiment­ar “una profunda decepción”.

A los analistas tampoco se les escapa que los aranceles impuestos por el Gobierno Trump ya han supuesto un incremento del gasto en 300 millones para GM, factura que podría ascender a 1.000 millones en el próximo curso.

La imposición de aranceles a las importacio­nes de acero y aluminio es también una de las razones por las cuales Ford informó ayer de que plantea despidos y dejar de fabricar en Estados Unidos sus modelos de berlina, excepto uno. Otros expertos observan en la decisión de GM, junto a la de Ford, la evidencia de que se acerca una nueva recesión.

Trump se enfada, pide a GM que deje de fabricar en China y le aconseja que “lo mejor es que vuelva pronto”

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CARLOS OSORIO / REUTERS Mural sobre GM en el centro de Oshawa, en Ontario

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