El imán de Ripoll radicalizó a varios españoles conversos al islam

Uno de los miembros de la célula habló por Facebook del atentado antes de ocurrir

Abdelbaki es Satty, el imán de Ripoll que lideró la célula terrorista responsable de los atentados de Barcelona y Cambrils, radicalizó a más gente que los miembros de este grupo, incluso algunos españoles conversos al islam.

Uno de los integrantes del grupo que sobrevivió, Driss Oukabir, abordó por Facebook con otra persona la preparación de los ataques dos días antes de que se produjeran, según consta en las investigaciones policiales que obran en la causa.

El sumario por los atentados de agosto del 2017 recoge las investigaciones de los Mossos d’Esquadra, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, en los que se ve como se sospechó que el entorno de la célula fue más amplio que las once personas que se conocían hasta ahora. Cabe recordar que dos murieron al estallar la casa de Alcanar, cinco en Cambrils, uno en Subirats, dos fueron arrestados y posteriormente se detuvo a un colaborador.

Por ejemplo, uno de los datos que han aflorado es que Es Satty radicalizó a más personas desde su trabajo como imán en Ripoll. Y por lo menos dos personas eran españoles convertidos al islam que derivaron hacia posturas más intransigentes. Además, uno de ellos sale a relucir en las conversaciones telefónicas intervenidas posteriormente a un conocido de varios de los jóvenes que murieron.

Esta persona, que luego fue descartada como colaborador de la célula, señala que Mohamed Hichami (uno de los fallecidos en Cambrils) confeccionó días antes de los atentados una lista con los terroristas que se iban a inmolar, firmada por todos como un compromiso y que fue destruida. Él la vio y asegura que por lo menos había un nombre más de los ya conocidos, el de uno de estos conversos.

Las fuerzas de seguridad, tras los hechos de agosto y a partir de las comunicaciones de los teléfonos, investigaron a una decena de personas por sus relaciones con miembros de la célula. Una primera conclusión de estas comunicaciones es que entre los familiares de algunos de los miembros del comando terrorista también había personas bastante radicalizadas; o sea, que no era una cosa aislada.

Otra son los numerosos contactos con gente en principio ajena a los hechos. Así, en uno de los atestados, se da cuenta de los datos aportados por las autoridades de Estados Unidos, que habían descubierto como Driss Oukabir había conversado mediante Facebook con otra persona sobre la preparación de los atentados el día 15 de agosto; esto es, 48 horas antes de ocurrir. Driss fue quien alquiló la furgoneta de la Rambla, y a pesar de que cuando sucedieron los hechos quiso desmarcarse de lo ocurrido, permanece en prisión por cuanto la Audiencia Nacional le considera uno de los integrantes del grupo terrorista.

En las pesquisas se señala como el grupo y otras personas cercanas a ellos habían abierto un canal para comunicarse por medio de Telegram, medio que les garantizaba el anonimato. Además, la célula usó numerosos teléfonos móviles y tarjetas, comprados en locutorios y en ocasiones disimulados con identidades ficticias. Entre los sospechosos que fueron investigados como el entorno de la célula están un comerciante de frutas que trabajaba por Girona y un sudanés que acabó marchándose a su país tras los ataques de agosto del 2017.

En la casa de Alcanar también apareció la huella de otra persona que no es nadie de la célula. En este lugar, que era donde se preparaba el explosivo que detonó, se recuperaron 114 bombonas de butano. Allí también se encontró un disco duro de Abdelbaki es Satty, donde había propaganda del Estado Islámico, proselitismo salafista, vídeos de atentados y manuales para la preparación de bombas bajados de internet, con titulos tan expresivos como La fabricación de explosivos para principiantes, desde cero o La ciencia de las bombas y explosivos de Abu Hafs, el libanés.

Un conocido de los terroristas dijo que estos hicieron una lista de los que iban a morir y que eran más