Los inválidos del domingo
Del escrutinio de las papeletas de las elecciones autonómicas de Andalucía en la noche del domingo, día 2, derivará la formación del nuevo gobierno regional, es decir, la continuidad de los socialistas que encabeza Susana Díaz dejará ver el color político de quienes acepten completar la mayoría y de quienes rehúsen hacerlo y, sobre todo, según el orden numérico que alcancen revalidarán o impugnarán los liderazgos a escala nacional del PP, de Cs, de los coaligados de Podemos y del PSOE. El examen de las encuestas disponibles da la impresión de que nos encontramos en una de aquellas carreras de sacos tan celebradas en las fiestas populares o en una nueva versión de los inválidos. Tanto por el retroceso de los que fueron más aventajados –el PSOE perdería 7 escaños y el PP 9– como por la incapacidad de las fuerzas emergentes –el conglomerado en rama de Podemos y las encuadradas por Ciudadanos– para encabezar una alternativa suficiente.
La minusvalía de unos y otros descarta sobresaltos relevantes excepto el que pudiera suponer el relevo de la fuerza política que pase a ocupar el segundo puesto en número de votos y de escaños. Porque si esa posición la lograra Cs a expensas del PP quedaría en entredicho el nuevo presidente pepero, Pablo Casado, en un momento muy delicado que presenta un calendario electoral intensivo de aquí a mayo con llamadas a las urnas municipales, autonómicas, europeas y quién sabe si legislativas. Porque además esa última convocatoria, que podría hacerse coincidir con las otras tres, es decisión que compete en exclusiva al presidente del Gobierno según el precepto constitucional. Y es indudable que Pedro Sánchez la adoptará buscando el momento que considere más favorable a sus intereses, es decir, cuando mejores sean sus expectativas en votos y escaños. Y las expectativas se configuran en función de algunas variables entre las que destaca la debilidad de los adversarios con los que haya de competir.
En la jornada del próximo domingo estaremos atentos a la carrera electoral que se anuncia, pero sabemos ya que no tomarán la salida los atletas de los Juegos Olímpicos sino los de esa otra competición, si cabe más meritoria, de los paralímpicos. Veremos.