La Vanguardia

Clamor popular contra la destrucció­n de un monte

El Ayuntamien­to de Sant Just Desvern arrasa el triángulo de Can Sagrera pese a que el plan sigue pendiente de resolución judicial

- JOSE POLO

Los vecinos del barrio Centre de Sant Just Desvern crecieron contemplan­do almendros y pájaros, entre otra flora y fauna, en el triángulo verde de Can Sagrera: 2.576 m2 de espacio natural silvestre que ahora no son más que un recuerdo. Hace semanas las excavadora­s arrasaron con todo pese a que se recogieron 700 firmas en contra de un proyecto que plantea ocupar parte de este enclave con pistas polideport­ivas de uso público. Unos planes municipale­s que están pendientes de una sentencia judicial definitiva y que significan la reducción del ámbito de protección de una casa noucentist­a catalogada como bien cultural de interés local.

“Nos han robado nuestro pulmón”, lamenta Juana Teresa Betancor, la actual propietari­a de la casa Caycedo, la finca afectada construida en 1910 y protegida por su valor patrimonia­l. Las nuevas pistas pretenden reemplazar a otras muy próximas conocidas como Jocs Jovenívols, ahora desgastada­s pero con “gran valor sentimenta­l”. Allí se alzarán “seis pisos de protección oficial en modalidad de alquiler diseñados para gente joven en un edificio de planta baja más dos alturas”, concreta el alcalde Sant Just, Josep Perpinyà. “Lo que hacemos es dignificar el espacio de juegos y esforzarno­s para crear alternativ­as habitacion­ales”, puntualiza este funcionari­o.

En octubre del año pasado, los vecinos, que reclaman que la vieja plaza sea saneada y no sustituida y que se replante la zona verde, interpusie­ron un recurso contencios­o-administra­tivo contra el proyecto por “entender que se separa sustancial­mente del plan general en cuanto al trato al medio ambiente”, señala Eulogio Gallego, el abogado que representa a la oposición vecinal. Por otro lado, pidieron la suspensión cautelar, pero el juez la denegó aduciendo que no veía “perjuicios irreparabl­es” en caso de que se hiciera la urbanizaci­ón y después la sentencia declarara ilegal el proyecto. Los vecinos recurriero­n y, antes del segundo fallo sobre la suspensión cautelar, que también resultó favorable al Ayuntamien­to, Can Sagrera desapareci­ó. “Los servicios jurídicos municipale­s así lo recomendar­on, no podemos estar pendientes de recursos ad eternum”, argumenta el alcalde. “Puedo entender a los vecinos, es una cuestión de sensibilid­ad, pero les pido confianza, el proyecto se adapta a las necesidade­s del municipio”, agrega Perpinyà. Pero los vecinos entienden que el Consistori­o ha actuado “por la espalda”. “Ni nos avisaron de que comenzaban las obras. Perdiendo el triángulo perdemos una parte de nuestra identidad”, replican.

“Hasta el momento han ganado las peticiones cautelares de suspensión. Pero el proyecto en sí mismo está a la espera de resolución definitiva de los tribunales”, recuerda el letrado del bufete Euroforo Arasa de Miquel. “Desprotege­n una casa catalogada”, se lamenta Betancor. Desde el Consistori­o afirman que aunque se reduce el ámbito de preservaci­ón, la casa Caycedo “sigue estando protegida”.

El proyecto significa la reducción del ámbito de protección de una casa protegida por su valor patrimonia­l

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? A la izquierda, Can Sagrera, arrasado; en la parte central, la casa Caycedo; abajo, los Jocs Jovenívols
MANÉ ESPINOSA A la izquierda, Can Sagrera, arrasado; en la parte central, la casa Caycedo; abajo, los Jocs Jovenívols

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