Prueba de estrés para Solari
El Madrid necesita ganar al Roma y al Valencia para no reabrir el debate del banquillo
Santiago Solari perdió en 90 minutos en Eibar todo el crédito ganado en los cuatro partidos anteriores y ahora dispone de una semana para conseguir que su equipo reaccione y no viaje al Mundial de clubs con la misma sensación de estar en el disparadero que tuvo Lopetegui durante un mes. La empresa no parece fácil. Hoy le toca al Madrid el Roma en el Olímpico, un equipo también necesitado de reivindicarse y que le peleará a cara de perro el primer puesto del grupo. Y el sábado, en la Liga, visitará el Bernabeu el Valencia, otro rival de entidad acuciado por su mal comienzo de temporada, pero que esgrime síntomas de recuperación y que se le suele dar mal al Madrid en casa.
A estas alturas de la temporada el equipo blanco debe aún definirse. El manual de Solari pareció funcionar cuando la enfermería estaba llena. El sábado volvieron al equipo titulares como Marcelo, Carvajal y Varane y todo funcionó mucho peor. Ceballos trató de hacer de Casemiro y fue un desastre. Gareth Bale sigue perdido y hay sectores de la directiva que le piden a Florentino Pérez que lo ponga ya en el mercado y le recriminan que no lo hiciera en verano. Modric parece ir diluyéndose poco a poco y Marco Asensio no aparece. Isco acumula suplencias y su carácter se va avinagrando. Algunos le piden a Vinicius que sea el nuevo Pelé y que lo sea ya.
Solari deberá hilar muy fino hoy con la alineación. Como hombre de club, deberá sopesar muy mucho lo que la directiva espera de él, pero también tener cuidado con el juego de equilibrios dentro de la plantilla, algo en lo que Zidane se reveló como un maestro. Un descalabro en Roma dejaría la clasificación al albur de no perder en el último partido ante el CSKA, lo que siempre es incómodo y un peligro. Un traspiés ante el Valencia alejaría al Madrid de la cabeza de una Liga en la que se mantiene vivo por la irregularidad del resto de favoritos. Ganar los dos partidos es prácticamente sinónimo de Navidades tranquilas, de dos meses largos por delante con el horizonte despejado en Europa. No es poco después de las convulsiones vividas tan recientes.
Para Roma, Solari ha perdido a Odriozola y sigue sin recuperar a Casemiro. Se ha llevado a toda la plantilla disponible, entre ellos Mariano, cuya ausencia en Ipurua no se entendió. El Roma es precisamente el equipo que marcó la cima del mejor Madrid del efímero Lopetegui. El 19 de septiembre los blancos se impusieron en el Bernabeu por un contundente 3-0 y en aquel entonces el debate en el madridismo era si el equipo jugaba mejor sin Cristiano Ronaldo que con el portugués.
También el Roma fue el primer equipo al que se enfrentó Zidane en la Champions cuando el francés era igualmente un técnico provisional. El Madrid ganó los dos partidos y luego vinieron tres Champions seguidas.
A Solari se le vio especialmente animado y sonriente. No quiso desvelar si vio en Eibar falta de actitud y definió la derrota como “un palo duro, pero que ya pasó”. Abandonó el lenguaje tabernario de los cojones y defendió al capitán, Sergio Ramos: “Es un hombre honesto y un emblema del deporte, y al periodismo le corresponde el objetivo de buscar la verdad, que no es opinable y más cuando se mancilla el honor de una persona”.
Entre los jugadores cunde una sensación de perplejidad. “Te mentiría si te dijera que sabemos qué es lo que nos pasa”, dijo ayer un taciturno Dani Carvajal.
DESCONCERTADOS
“Te mentiría si te dijera que sabemos lo que nos pasa”, dijo en rueda de prensa Dani Carvajal