La protesta se extiende
El otoño caliente que anticipaba el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha acabado por materializarse, pero no a causa del proceso independentista, como este preveía, sino por el profundo malestar social larvado tras años de recortes en sanidad, educación y el sector público en general. A la huelga de médicos de primaria convocada desde el lunes se añadieron ayer las manifestaciones de bomberos y estudiantes para protestar por la escasez de medios de trabajo y el precio de las matrículas universitarias respectivamente. Una semana de movilizaciones a la que se suma hoy parte del profesorado y los funcionarios. El descontento entre los trabajadores públicos, que reclaman poner fin de una vez a la época de austeridad iniciada por los gobiernos de Artur Mas, es alto, como ayer quedó patente durante la concentración en la que coincidieron médicos y bomberos a las puertas del Parlament. Durante la protesta hubo momentos de tensión entre manifestantes y Mossos d’Esquadra, que custodiaban las puertas de la Cámara.
mentar su cupo un 10% o un 15% y unas horas a la semana más de trabajo con el aumento salarial correspondiente. Ya lo hacen un centenar de facultativos, pero se pretende aumentar ese grupo de esforzados.
También se aumentará en 11 millones (el doble de lo establecido) para atender las bajas temporales (vacaciones, enfermedad).
Pero el escollo principal de la huelga ha sido el volumen de pacientes en la agenda. Los médicos pedían un límite al número de enfermos atendidos cada día (28) para adscrita a cada médico para poder hacer un trabajo digno.
Anunciaron asimismo 8 millones más para mejorar el pago de las guardias y otros 4 millones para agilizar la relación con los hospitales. Y cambios inmediatos en la forma de organizar los equipos, cuya economía se separará de la de los hospitales.
“Necesitamos recuperar la atención primaria, no sólo en cuanto a poder adquisitivo de los profesionales, sino en empoderamiento y prestigio profesional,”, reconoció Adrià Comella.