La Vanguardia

Desamor a primera vista

Solari no aprecia compromiso en Isco, que tampoco se adapta a su sistema de juego

- CARLOS NOVO

La marginació­n de Isco en Roma tapó en cierta manera la clasificac­ión para octavos del Real Madrid y vuelve a sembrar dudas sobre el futuro del jugador malagueño que tras una etapa también complicada con Zinédine Zidane acabó renovando por los blancos en septiembre del 2017, con un contrato hasta el 2022 y 700 millones de cláusula. En el club no esconden el malestar que provoca una situación a la que Solari pretende dar visos de normalidad aunque a nadie se le escapa que una decisión deportiva de tanto calibre no puede ser pasada por alto.

“La titularida­d o la suplencia de un jugador es un problema ficticio. Los jugadores están para estar al 100% y ver si los eligen”, comentó Solari en rueda de prensa en el Olímpico. De ahí no se ha movido Santiago Solari, que en ninguna de sus ruedas de prensa se ha mostrado deferente con Isco.

El problema es que no es una decisión “puntual para un momento puntual”, como esgrimió el entrenador argentino. Por ahora, Solari no cuenta con Isco, al que dejó fuera de la convocator­ia en el partido de la Copa en Melilla, y cuyo concurso ha sido poco significat­ivo cuando ha jugado, siempre saliendo desde el banquillo: 34 minutos contra el Valladolid, 17 frente al Viktoria Pilsen y 28 contra el Eibar. Ante el Celta fue suplente y no jugó nada y frente al Roma tuvo que ver el partido en la grada. De 540 minutos posibles, sólo ha jugado 79, poquísimo para quien se siente estrella del equipo y de la selección.

Tampoco han salido en ayuda de Isco ninguno de sus compañeros. En Roma, Marcos Llorente sólo se acordó de lo mal que lo había pasado él mismo: “Entrar en un partido así cuando apenas has jugado es jodido: no tienes ritmo, físico ni confianza”. Marcelo, uno de los mejores amigos del malagueño en la plantilla, tampoco le echó un capote cuando se le preguntó al respecto: “No soy quién para dar consejos. Somos mayores, padres de familia, sabemos lo que tenemos que hacer. Todos los jugadores quieren jugar, pero toca trabajar. Eso lo han pasado todos los jugadores. Hay que trabajar. No digo que no trabaje, pero el fútbol es así. Ver en lo que estás fallando y mejorar”, explicó.

La relación entre Isco y Solari se torció prácticame­nte desde el primer día. En el debut del argentino, en Melilla, cuando el nuevo técnico había pedido sus futbolista­s implicarse y jugar “con dos cojones”, Isco subió a Instagram desde su casa y durante el partido una foto en la que se le veía a él, su hijo, su pareja y hasta su perro disfrazado­s de Halloween y un mensaje en el que se leía: “Estamos de muerte”.

A partir de ahí, todo han sido desencuent­ros entre ellos. Fuentes del club señalan que Solari no aprecia en Isco el compromiso en los entrenamie­ntos que ve en otros jugadores. Tampoco le ayuda nada el sistema. Solari parece empeñado en jugar siempre con un 4-3-3 que deja sin su lugar natural al malagueño dado que Casemiro, Kroos y Modric tienen estatus de intocables. Isco tiene fama de soberbio y no lleva bien el ser tratado de meritorio o tener que ganarse el puesto en una banda con Lucas Vázquez o Asensio. Tampoco funcionó como revulsivo ante el Eibar pese a que entró con el partido ya 3-0 en contra. Su rendimient­o no ha sido el mismo desde que volvió de la operación de apendiciti­s.

La sensación en el club es que el problema no es irreversib­le. Desde el Madrid apuntan que Solari necesitaba mostrar su autoridad para fijar su posición. Rescatada la tranquilid­ad en la Champions , y con casi tres meses por delante hasta los octavos, todo indica que el entrenador intentará reconducir la situación. El caso recuerda un tanto al de James Rodríguez, que fue perdiendo poco a poco la paciencia con Zidane. Este acabó mandándole a la grada en la final de Cardiff (2017) y el colombiano terminó pidiendo el traspaso y logró marcharse al Bayern. Con Isco el club no quiere que se vuelva a repetir la historia.

POCOS MINUTOS De los 570 minutos que Isco ha podido jugar con Solari de entrenador, sólo ha disputado 79

LAS PALABRAS DE MARCELO “Todos los jugadores quieren estar, pero toca trabajar; no digo que no trabaje, pero el fútbol es así”

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TONY GENTILE / REUTERS Gareth Bale bromeando con Isco, el pasado lunes en Roma

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