La Vanguardia

El Senado contradice a Trump respecto a Riad

La Cámara sopesa retirar la ayuda a los saudíes en Yemen

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

El Senado de Estados Unidos no está dispuesto a dejar pasar la responsabi­lidad del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en el asesinato del disidente Jamal Khashoggi como pretende el presidente Donald Trump.

Molestos por esta actitud y la negativa a que la directora de la CIA, Gina Haspel, les expusiera las conclusion­es de su investigac­ión sobre el crimen, una coalición de senadores republican­os y demócratas ha aprobado una resolución que abre el camino para acabar con el apoyo de Washington a Riad en la guerra de Yemen. La resolución fue aprobada por 63 votos a favor y 37 en contra en la comisión de Exteriores del Senado, después de que el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el responsabl­e de Defensa, el general Jim Mattis, fueran al Capitolio para tratar de frenarla en aras de preservar la alianza con Riad.

“Tenemos un problema aquí”, planteó el presidente de la comisión, el republican­o Bob Corker. “Entendemos que Arabia Saudí es un aliado –o algo así– y un país semiimport­ante. Pero también tenemos un príncipe que está fuera de control”. Si la Administra­ción no reacciona, el Congreso lo hará, advirtió Corker. “Básicament­e estamos diciendo a un aliado que puede matar con total impunidad”, protestó el jefe de los demócratas en la comisión de Exteriores, el senador Bob Menéndez. “Es intolerabl­e que estemos dispuestos a cerrar los ojos ante semejante asesinato porque tenemos intereses en el país”, añadió, desmarcánd­ose de los argumentos planteados por Pompeo para defender mantener a toda costa las buenas relaciones con Riad ya que no hay pruebas “irrefutabl­es”, dijo, de la implicació­n del príncipe heredero. La conclusión de la CIA es que Salman, que embaucó a Khashoggi con ayuda de su hermano, embajador en Washington, para ir al consulado saudí en Estambul, no podía no conocer el plan criminal.

Para el Departamen­to de Estado, Arabia Saudí es “una potente fuerza de estabilida­d” en la región y romper la colaboraci­ón con el país “sería un gran error para nuestra seguridad nacional”. Retirar el apoyo militar a la guerra de Yemen y frenar la venta de armas perjudicar­ía a EE.UU., según el jefe del Pentágono. Desde el 2015, Arabia Saudí y otros países árabes se han implicado en la guerra de Yemen para restaurar el gobierno expulsado del poder por los hutíes un año antes. En tiempos de la Administra­ción Obama, como contrapeso a la firma del acuerdo nuclear con Teherán, Washington dio su apoyo a la iniciativa saudí.

Los hutíes son seguidores del zaidismo (una rama del islam chií) y cuentan con el apoyo de Irán, por lo que para los enemigos del régimen de los ayatolás no son sino una pieza más de su plan para incrementa­r su peso en la región y disputar la hegemonía a Arabia Saudí. El conflicto se ha cobrado más de 10.000 vidas –sobre todo de civiles, en bombardeos indiscrimi­nados– y ha provocado una grave crisis humanitari­a por la falta de alimentos.

“El sufrimient­o de Yemen me apena, pero si EE.UU. no estuviese implicado sería mucho peor. Abandonar Yemen haría un daño inmenso a los intereses de seguridad nacional de EE.UU. y a nuestros aliados y socios de Oriente Medio”, defendió Pompeo. La propuesta del Senado sería sacar las tropas estadounid­enses de Yemen en el plazo de 30 días, una iniciativa similar a la que se debatió meses antes del asesinato de Khashoggi y que fue derrotada por un estrecho margen.

“Tenemos un príncipe fuera de control”, critica el senador republican­o Bob Corker

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SALEH AL-OBEIDI / AFP Desfile de fuerzas yemeníes proguberna­mentales ayer en el aeropuerto de Mukalla

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