El Clínic cita, contra el sida, a adictos al ‘chemsex’
El hospital Clínic quiere que los asistentes a sesiones de chemsex, fiestas en las que se combinan las relaciones sexuales con el uso de determinadas drogas que potencian y prolongan el placer, acudan al programa de prevención de infecciones de transmisión sexual. En el 2017, el 43% de los infectados por sida tratados en el centro hospitalario reconocieron haber mantenido este tipo de prácticas de alto riesgo.
La unidad de VIH-sida del hospital Clínic, dirigida por Josep Mallolas, atendió a 6.000 pacientes infectados, mayoritariamente hombres que mantienen sexo con hombres. El 10% respondió a una encuesta epidemiológica en la que el 43% reconoció tomar drogas y el 25% concretaba que ingería metanfetamina, mefedrona o GHB.
Los asistentes a fiestas chemsex no suelen ser conscientes del riesgo adquirido con su conducta y no acuden a las consultas. Por este motivo, el Clínic ha puesto en marcha un programa para identificarlos. “Las personas que practican chemsex vienen con otro problema médico, como enfermedades de transmisión sexual o intoxicaciones. Cuando se les proponen medidas, a menudo te dicen que están bien, que no hay ningún problema”, señala Mallolas.
En el programa participa un equipo multidisciplinar formado por médicos y enfermeras de la unidad de VIH y de urgencias, psicólogos y psiquiatras. El programa incluye una visita médica, un análisis para identificar enfermedades de transmisión sexual y una derivación al psicólogo o al psiquiatra, si es necesario. Mallolas ha explicado que las drogas de síntesis utilizadas en las prácticas chemsex son relativamente baratas, “alteran la conciencia y provocan una euforia total”, pero son “tremendamente adictivas” y su uso puede comportar “problemas psicológicos y psiquiátricos graves”.