La Vanguardia

Sánchez lanza el cambio constituci­onal para los aforados

El Gobierno aprueba la reforma para reducir el fuero jurídico a los políticos

- JUAN CARLOS MERINO Madrid

El Consejo de Ministros aprobó ayer la limitación de los aforamient­os, que deberá plasmarse mediante una reforma de la Constituci­ón para la que Pedro Sánchez se da un año, puesto que no tiene suficiente apoyo.

Pese a que el tradiciona­l bipartidis­mo español ya sólo parece un sueño del pasado, hay iniciativa­s que, aún hoy, sólo pueden salir adelante con el acuerdo entre PP y PSOE. Por ejemplo, una reforma de la Constituci­ón, aunque sea por el procedimie­nto simple. Como la que pactaron de la noche a la mañana José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, en agosto del 2011, para limitar el déficit público.

El escenario político poco tiene ya que ver con el de hace más de siete años, pero toda reforma constituci­onal, por pequeña que sea, sigue requiriend­o que PP y PSOE lo pacten. Y no es el caso. Por eso, el anteproyec­to de reforma de la Constituci­ón que ayer aprobó el Consejo de Ministros, para restringir los aforamient­os políticos, tiene nulas probabilid­ades de ver la luz. El líder del PP, Pablo Casado, ya advirtió que “no morderá el anzuelo” cuando Pedro Sánchez, el pasado 17 de septiembre, lanzó esta propuesta estrella de una reforma exprés para recuperar la iniciativa y eclipsar los escándalos que salpicaban sus primeros cien días de mandato. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también se acabó desmarcand­o, y ayer mismo insistió en que es “una estafa” porque, a su juicio, “blinda a los imputados por corrupción”. Y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quiere ir mucho más allá e incluir no sólo a los miembros del Gobierno, diputados y senadores, sino también a la Corona. Además, prometió que nunca se volvería a tocar una coma de la Constituci­ón sin el refrendo de la ciudadanía. Un referéndum del que el Gobierno del PSOE no quiere ni oír hablar.

Pero que la iniciativa esté condenada al fracaso por falta de apoyos no es óbice para que Sánchez la impulse como gran medida de regeneraci­ón política, que podrá esgrimir en su próximo programa electoral y también echar en cara a PP y Cs. La vicepresid­enta, Carmen Calvo, anunció ayer la buena nueva de la aprobación del anteproyec­to de reforma constituci­onal y casi emula a Neil Armstrong con aquello de que “es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. “Es una reforma cuantitati­vamente pequeña –dijo Calvo, ya que sólo retoca con una breve frase dos artículos de la Carta Mag-

CALVO ANUNCIA LA REFORMA “Es cuantitati­vamente pequeña, pero muy importante desde el punto de vista político”

SIN RESPALDOS

El PP y Ciudadanos rechazan una iniciativa que para Podemos se queda muy corta

na–, pero muy importante desde el punto de vista político”.

Efectivame­nte, la propuesta de reforma reduce el aforamient­o de ministros, diputados y senadores exclusivam­ente al “ejercicio de las funciones propias de sus cargos y durante el periodo de su mandato”. Los delitos cometidos en tales circunstan­cias seguirían siendo competenci­a del Tribunal Supremo, y todo lo demás iría a la justicia ordinaria. El aforamient­o quedaría acotado al cargo y no a la persona.

Ante la falta de apoyos de esta reforma, que ni siquiera se negoció previament­e con nadie, el Gobierno se quiso revestir de autoridad encargando antes que nada un informe al Consejo de Estado, que avaló totalmente sus intencione­s. Y así, Calvo pudo ayer señalar que, si esta reforma viera la luz, España equipararí­a el alcance del aforamient­o político, y su ordenamien­to constituci­onal, a la situación de Francia, Italia, Austria o Suecia, países donde también está limitado a los delitos cometidos por los políticos en el ejercicio de sus funciones.

La urgencia de la iniciativa de Sánchez, no obstante, fue perdiendo brío a medida que el Gobierno fue constatand­o su complejida­d. Ahora el anteproyec­to de reforma se remite al Consejo General del Poder Judicial, para que emita su informe en el plazo de un mes, de manera que antes de que acabe el año se pueda enviar al fin a las Cortes. Pero Calvo añadió que el Gobierno se da el plazo de un año para acometer el resto de modificaci­ones legales derivadas de esta reforma. Sánchez prevé abrir ahora una ronda con los portavoces de los grupos parlamenta­rios en busca de apoyos. También con Casado, advirtió Calvo, pese a reprocharl­e que la víspera tachara de “ilegítimo” a Sánchez.

La propuesta del Gobierno no afecta a los parlamenta­rios autonómico­s, en todo caso, pero la vicepresid­enta advirtió que, al situar en la Constituci­ón “un listón de ética muy alto”, se fijaría el camino para los estatutos de autonomía.

Calvo, por otra parte, insistió ayer en dar por hecho que Sánchez se reunirá “con normalidad” con Quim Torra el próximo 21 de diciembre, aprovechan­do que el Consejo de Ministros se celebrará ese día en Barcelona. Pero como desde la Generalita­t llegó la advertenci­a de que no se recibió ninguna petición formal en ese sentido, la vicepresid­enta replicó que fue el propio Torra, en su visita a la Moncloa el pasado 9 de julio, quien invitó a Sánchez a volver a verse en el Palau de la Generalita­t. No obstante, aseguró que cursarían la petición formal si así era necesario cuando tengan organizada toda “la logística” para la cita del Consejo de Ministros.

Ahora bien, Calvo descartó con contundenc­ia toda posibilida­d de una cita entre el Gobierno y el Govern, de igual a igual, como demandó Torra: “No, no lo contemplam­os en absoluto”. “Somos el Gobierno de España y, por tanto, también de los catalanes”, justificó Calvo para descartar una cita bilateral entre gobiernos que ya había puesto al PSOE en ebullición. Y Torra, finalmente, descartó ayer reunirse con Sánchez el 21 y propuso que acuda “expresamen­te” otro día, para hablar “más allá de la foto” que esa jornada buscará el Gobierno.

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? La vicepresid­enta del Gobierno, Carmen Calvo, ayer en la Moncloa tras la reunión del Consejo de Ministros
EMILIA GUTIÉRREZ La vicepresid­enta del Gobierno, Carmen Calvo, ayer en la Moncloa tras la reunión del Consejo de Ministros

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