Entre Isra y Cheíto
Lacuesta estrena ‘Entre dos aguas’, la película de vidas extremas pero creíbles que triunfó en el Festival de San Sebastián
Con la Concha de Oro debajo del brazo, el gerundense Isaki Lacuesta estrena en la gran pantalla Entre dos aguas , un filme continuación de La leyenda del tiempo donde asistimos a las dudas que invaden a sus protagonistas, los hermanos Isra y Cheíto, a la hora de decidir qué es lo que más conviene a sus familias, y el precio que deberán pagar.
Las difíciles existencias del ex convicto Isra, buscavidas, y de su hermano Cheíto, marino de la Armada, son tan extremas como creíbles. Los dos, junto con sus jóvenes familias, se hallan varados en su humilde barrio dentro de San Fernando (Cádiz). La historia de sus vidas, retratadas en una ficción hiperrealista que ganó la Concha de Oro del último Festival de San Sebastián, sirve al gerundense Isaki Lacuesta para “evidenciar los problemas que están en nuestra vida, la de todos: lo mismo en San Fernando que en Ohio”. Se trata de Entre dos aguas, donde lo extremo se convierte así en vehículo de reflexión sobre lo que consideramos normal. Tal es al menos la intención del director, a quien el Centro Pompidou de París dedica desde el pasado 26 de noviembre –hasta el 6 de enero– una exposición retrospectiva.
Tanto Isra como Cheíto se preguntan una y otra vez si para con- seguir el dinero con que alimentar a los suyos tienen que darle un arriesgado vuelco a sus vidas, el primero volviendo a traficar y el segundo regresando a los lejanos mares de los que procede en ese momento. El caso es que ambos se verían alejados de sus hijos. Y éste es, según Lacuesta, el punto de conexión de los dos hermanos con cualquier joven padre o madre de no importa qué estrato social en cualquier rincón del planeta. Pues, sin ir más lejos, su principal dilema no dista demasiado, a la hora de la verdad, del que afrontan aquellas personas de nuestro mundo “que no ven nunca a sus niños porque se pasan todo el día currando”, señala. Los dos hermanos del filme ejercen como “condensadores” de las situaciones que de un modo u otro cualquiera puede padecer, añade.
Entre dos aguas es la continuación de La leyenda del tiempo, estrenada hace 12 años y en la que Lacuesta contaba cómo Isra y Cheíto, gitanos, pasaban de niños a adolescentes tras la muerte de su padre. El nuevo largometraje, basado en la realidad de ambos pero con un argumento netamente dramatizado, arranca con los dos protagonistas volviendo a la isla. Cheíto (Francisco José Gómez Romero), que de crío decía que no saldría nunca de San Fernando, viene de dar vueltas por el mundo y de perseguir piratas en Somalia o Seychelles en su barco de guerra. Isra (Israel Gómez Romero) acaba de salir de la cárcel tras cumplir condena por narcotráfico.
El seguimiento biográfico de los dos personajes a lo largo de 14 años y el conocimiento de su duro entorno en la población con más paro de España cambió la forma de ver las cosas del cineasta, según él mismo reconoce. Ahora él confía en que el filme también cambie la percepción de los espectadores sobre la penuria que se sufre en ese rincón de Andalucía. “Algunos amigos míos, cuando yo les contaba cómo es aquello, me decían que tal vez las personas a las que representan Isra y Cheíto no se esfuerzan lo suficiente por encontrar un trabajo. Ahora, los que han podido ver la película en preestreno
El seguimiento de los dos protagonistas a lo largo de 14 años cambió la forma de ver las cosas del cineasta
ya no insisten en esa idea”.
Cuando recibió la Concha de Oro, Lacuesta subrayó el gran trabajo de Isra y su condición de actor revelación. Tenía razón, y el 17 de noviembre ganó el premio al mejor actor en el Festival de Mar del Plata al tiempo que la obra se hacía con el Astor de Plata a la mejor película.
El cine de Lacuesta nunca fue demasiado comercial, y la película que hoy estrena no es la excepción. Pero el reconocimiento ya lo tiene, vía festivales. Y nadie podrá decir que su nueva creación no tiene verdad. El público juzgará.