Final en el aire
El River y el Boca prefieren jugar en Argentina pero Madrid tiene avanzada la organización
Como si de un culebrón sudamericano se tratara, la celebración de la final de la Copa Libertadores continúa sin definirse después de que los clubes hayan rechazado la decisión de la Conmebol, que pasaba por jugar el encuentro en el estadio Santiago Bernabeu.
La final de la Copa Libertadores entre el River Plate y el Boca Juniors que la Conmebol designó en la noche del jueves que ha de jugarse en Madrid el domingo 9 de diciembre sigue envuelta en líos y en medio de la ceremonia de la confusión. Desde Argentina los dos clubs participantes emitieron sendos comunicados para anunciar que recurrirán la decisión de jugar en España ante la Cámara de Apelaciones de la Conmebol. El River mantiene que quiere jugar en el Monumental y el Boca que se descalifique al River. La postura de ambos, de gran indignación, es la que predomina ahora en la sociedad argentina, donde los medios reflejan en clave de humillación nacional el haber tenido que trasladar la final a Europa.
El diario Olé de ayer era muy expresivo: “Nos afanaron la Copa. La final en Madrid es una patada en el alma a todos los hinchas de fútbol en Argentina”. Por su parte, el diario de información general Clarín se preguntaba en tono crítico: “¿Qué dirán San Martín y Bolívar? Se transformará por un rato en la Libertadores de Europa”.
No hay fecha para que la Conmebol estudie las apelaciones de los clubs. En cualquier caso, parece muy improbable que se vuelva atrás en la decisión de jugar en España, máxime cuando los propios clubs han organizado ya sus desplazamientos, hecho sus reservas de hotel y desde la parte deportiva se da por hecho que se va a jugar en el Santiago Bernabeu.
Sin embargo, en un comunicado emitido ayer a media tarde el Boca anunció “haber contratado al estudio de abogados Pintó Ruiz & Del Valle, especializado en derecho decias portivo, para ocuparse de llevar adelante las apelaciones tanto ante la Cámara de Apelaciones de Conmebol como eventualmente ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAD). Agotaremos todas las vías tendentes a que se haga justicia”.
Más allá de estas complicaciones judiciales, la preocupación en Madrid y en la Federación Española pasa ahora por todo lo relacionado con la organización y la seguridad del evento. La Conmebol debatía ayer sobre el reparto de competen- a la Federación que preside Luis Rubiales.
En el Ayuntamiento de la capital española lo que más preocupa es la seguridad. La Delegación del Gobierno trabaja ya en un operativo que podría desplegar a unos 2.000 efectivos, lo que marcaría un nuevo récord histórico. Los clásicos suelen movilizar en el Bernabeu en torno a 1.500 personas, entre policías y protección civil.
Otro tema que preocupa y mucho es la capacidad de alojamiento que pueda tener Madrid en esas fechas, en pleno puente de la Constitución. Fuentes del Ayuntamiento madrileño aseguraban ayer que antes de saberse que el partido se iba a jugar en la capital el 80 % de las plazas hoteleras estaban reservadas. La inmensa mayoría del turismo es nacional.
La distribución de las entradas es otro asunto que ayer se estaba perfilando. El Bernabeu tiene una capacidad de 80.000 espectadores. En principio, el Madrid ha acordado enviar a Argentina un lote de 5.000 entradas a cada club para que se vendan allí nominativas. Estos 10.000 aficionados que vendrían desde Argentina son los que más preocupan desde el punto de vista policial. Al ser entregadas por los propios clubs, se supone que eso será ya una garantía para que no vayan a parar a manos de los más violentos, las barras bravas.
El resto de las entradas se venderán por internet y en los últimos días, de sobrar alguna, también se podrían comprar en las taquillas del Santiago Bernabeu. La mayoría de estas entradas será para la colonia argentina. Cerca de 300.000 argentinos viven en España, de ellos unos 90.000 residen en la Comunidad madrileña. Desde Barcelona las peñas de ambos clubs bonaerenses informaban que tienen preparados cuatro autobuses para desplazarse a Madrid, y que lo harán tengan o no entrada. Se da por seguro que otra buena parte de los espectadores, unos 50.000, serán argentinos que viven distribuidos por toda la geografía europea.
Un dato señala la expectación que ha levantado el partido. La centralita de la Federación Española se colapsó el jueves por la noche con llamadas de aficionados a la búsqueda de información sobre cómo conseguir entradas.
También se está trabajando en dónde se ubicarán las respectivas aficiones en el estadio y si se crearán fan zones en la ciudad, como hace la UEFA en sus finales. La primera idea que se baraja es colocar a los aficionados del River en el fondo norte del estadio y a los del Boca en el sur, la zona tradicional de los ultras del Madrid.
Todavía no es oficial el precio de las entradas. Según Clarín, la Conmebol maneja situar el precio de las mismas en los 80 euros la más barata y 300 euros la más cara, unas cantidades desorbitadas para lo que cuestan en Argentina.