Trump atornilla a China
El presidente de EE.UU. acusa en el G-20 a Pekín de actividad “depredadora”
Donald Trump volvió a poner en práctica ayer su táctica de apretar con el pie el cuello del enemigo para lentamente ir levantando el zapato a medida que el rival va claudicando. Al presidente estadounidense la jugada le ha funcionado ya varias veces y ahora trata de repetir la técnica con China. Antes de asistir a la cumbre del G-20, Trump se entrevistó en la Casa Rosada con el anfitrión, el presidente argentino, Mauricio Macri, a quien utilizó para indirectamente lanzar un exabrupto contra el gigante asiático, antes de la cena a solas que, en principio, debería mantener hoy con el presidente chino, Xi Jinping.
Tras la reunión con Macri y antes de que Trump se encontrara por primera vez con Xi en el inicio de la cumbre, la Casa Blanca emitió un comunicado indicando que ambos habían hablado de la guerra comercial con Pekín y reiterado el “compromiso compartido de enfrentar los desafíos regionales, como Venezuela y la actividad económica depredadora china”.
El comunicado puso en aprietos a Argentina y su ministro de Exteriores, Jorge Faurie, se vio obligado a hacer de equilibrista para no incomodar ni al amigo americano –primer inversor en el país– ni al principal comprador de materias primas gracias a la soja. “No creo que haya habido una referencia en esos términos; el adjetivo depredador corre por cuenta de su comunicado”, afirmó Faurie.
Si en la Casa Rosada se habló en esos términos o no, ya no importaba, la imagen del zapato de Trump aproximándose al cuello de Xi estaba servida y la guerra comercial entre ambas potencias se confirmaba como el principal asunto de interés en esta reunión del G-20, la primera que se celebra en Sudamérica y la segunda en Latinoamérica después de la que tuvo lugar en Los Cabos (México) en el 2012. Cuando esta tarde concluya la cumbre, ambos mandatarios tienen cita para cenar en un lugar de Buenos Aires que intentaban mantener en secreto, tras lo cual Trump regresará a EE.UU. sin haber asistido hoy a la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador en México –como llegó a insinuar– y Xi iniciará una visita de Estado a Argentina.
La táctica de Trump funciona y ayer quedó demostrado, pues tras desayunar con Macri, el líder estadounidense se mostró exultante en la firma oficial del nuevo tratado de libre comercio con sus vecinos, Canadá y México. “Es un modelo de acuerdo que modifica para siempre el panorama del comercio”, declaró Trump, añadiendo que se trata del “más moderno y significativo y equilibrado acuerdo de la historia”. A su lado, el canadiense Justin Trudeau y el presidente saliente de México, Enrique Peña Nieto, celebraron el tratado pero se mostraron menos efusivos, resignados a la defunción impulsada por Trump del antiguo TLC y su sustitución por este nuevo tratado México-EE.UU.-Canadá, arrancado con amenazas y que benefi-
EN APRIETOS
Buenos Aires dice que la palabra ‘depredador’ no se utilizó en la reunión Macri-Trump
LUGAR SECRETO
El líder norteamericano y el presidente chino cenan juntos hoy al acabar la cumbre
cia sobre todo a Washington y su sector del automóvil. Cerrado el 30 de septiembre, el acuerdo tendrá una duración de 16 años y será revisado cada seis meses.
Al margen del enfrentamiento comercial entre China y EE.UU., y el debate ya instalado desde la llegada de Trump a la Casa Blanca sobre el proteccionismo, la cumbre anual de las economías industrializadas y emergentes, tiene otros dos focos de interés en la crisis entre Rusia y Ucrania, y en la presencia del cuestionado príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman.
El líder ruso, Vladímir Putin, había lamentado que Trump cancelase la reunión bilateral entre ambos, prevista durante la cumbre, a causa de la crisis abierta entre Rusia y Ucrania en el mar de Azov. Putin escenificó su enojo cuando ayer, al inicio de la primera reunión plenaria, pasó junto al mandatario estadounidense sin saludarlo. En los primeros borradores de comunicado final de la cumbre –que debería ser consensuado hoy– no figuraba el conflicto ucraniano, a pesar de que Kíev –que no participa en el G-20– envió esta semana a Buenos Aires a la viceministra de Información, Emine Dzhaparova, para presionar a los miembros críticos con Moscú para que introduzcan algún cuestionamiento sobre lo que Ucrania considera “política imperialista de Rusia”.
Putin no saludó inicialmente a Trump pero, en cambio, se mostró muy efusivo con Bin Salman. En la sesión plenaria se sentó codo a codo con el príncipe, señalado por ser el autor intelectual del asesinato en Estambul del periodista saudí Jamal Khashoggi. Trump no rehuyó el saludo de Bin Salman, pero el mandatario ruso fue, con diferencia, quien se mostró más amable con el máximo representante de Arabia Saudí, mientras sus homólogos trataban de evitar cualquier gesto de complicidad.
El heredero saudí fue el primero en llegar a Buenos Aires, el miércoles, desafiando la denuncia de la oenegé Human Rights Watch por crímenes de lesa humanidad en la guerra del Yemen, además de por su supuesto papel inductor en la muerte de Khashoggi. La oenegé pidió también la detención de Bin Salman, en aplicación de la justicia universal, pero el juez argentino en quien recayó la denuncia se limitó a pedir información a Turquía, Arabia Saudí y Yemen.
Antes de la primera reunión plenaria de ayer, se celebró un encuentro, conocido como “retiro”, sobre economía sostenible al que sólo faltaron Trump y la alemana Angela Merkel, que no llegó hasta anoche a la capital argentina.
Por su parte, el presidente español, Pedro Sánchez, se estrenó en un G-20 con la intención de defender el multilateralismo e incentivando un acuerdo sobre inmigración. Sánchez mantuvo una bilateral con Macri donde ofreció por enésima vez la mediación de España para tratar de desbloquear el tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur. La llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil –el próximo 1 de enero– hace casi imposible la firma de un tratado. Y menos después de la respuesta de Bolsonaro al francés Emmanuel Macron, que el jueves se mostró en Buenos Aires contrario a firmar pactos con países que no respeten el Acuerdo de París sobre cambio climático. “Someter automáticamente nuestro territorio, leyes y soberanía a planteamientos de otras naciones está fuera de análisis”, tuiteó Bolsonaro que, a pesar de estar invitado por el presidente saliente, Michel Temer, decidió no viajar alegando motivos de salud.
Horas antes de iniciarse la cita tuvo lugar un hecho inusual en el río de la Plata: un terremoto de 3,8 con el epicentro a 32 kilómetros al sur de Buenos Aires que no causó ningún daño. A la espera de la reunión de hoy entre Trump y Xi, ese fue por el momento el único seísmo de la cumbre.
ESTRENO EN UN G-20 Sánchez defenderá el multilateralismo y un acuerdo sobre inmigración
CAMBIO CLIMÁTICO Trump esquiva un encuentro de todos los líderes sobre economía sostenible