La Vanguardia

La número dos de Facebook ordenó espiar las finanzas de Soros

La red social contrató a una firma que difundió informacio­nes falsas

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

George Soros, millonario defensor de causas progresist­as y personaje odiado por los grupos de la ultraderec­ha estadounid­ense y europea, fue uno de los que recibieron un paquete bomba el pasado octubre, junto a los expresiden­tes Barack Obama o Bill Clinton.

El filántropo es uno de los objetivos de los teóricos de la conspiraci­ón, tanto en Europa como en Estados Unidos. Le acusan sin pruebas, por ejemplo, de financiar la caravana de inmigrante­s centroamer­icanos. El presidente Donald Trump contribuyó a difundir ese bulo, forjado en buena media gracias al papel prepondera­nte de Facebook y, en concreto, de Sheryl Sandberg, la número dos y responsabl­e de operacione­s de esta plataforma. Sandberg ordenó hace unos meses “espiar” los intereses financiero­s del exespecula­dor –judío supervivie­nte del Holocausto–, después de que este atacara en el Foro Económico Mundial del pasado enero a las compañías tecnológic­as, con papel prepondera­nte de Facebook y Google, a las que calificó de “amenaza para la sociedad”.

Según informó ayer The New York Times, la número dos envió un e-mail a sus directivos para que indagaran si Soros obtenía un rendimient­o económico por sus andanadas contra la compañía.

A su petición, la red social comisionó una investigac­ión de estilo oposición. Tras la petición de Sandberg, su empresa contrató a Definers Publice Affairs, firma vinculada a los republican­os. Desde ahí se encargaron de difundir a los medios supuestas informacio­nes sobre Soros y su financiaci­ón de grupos críticos con Facebook. En realidad, la operación consistió en propagar arrebatos antisemita­s contra el multimillo­nario y su Open Society Foundation­s, por sus supuestas conspiraci­ones. Una de estas era pagar la caravana de inmigrante­s que empezó en Honduras y que ahora se halla a las puertas de EE.UU.

A la que trascendió, la plataforma rompió su relación con Definers. Sandberg negó de entrada saber nada de esta firma, aunque hace unos días reconoció que había tenido sobre su mesa algunos de sus trabajos.

Cuando ella envió el correo electrónic­o a su equipo –la plataforma emitió un comunicado en el que indicó que la investigac­ión a Soros estaba abierta antes de ese correo electrónic­o–, Facebook ya se encontraba bajo la lupa por el papel que jugó a la hora de difundir propaganda rusa y fomentar el odio en Birmania y otros países. También ignoró los avisos de que el Kremlin había utilizado la plataforma para manipular las elecciones presidenci­ales del 2016 en beneficio de Trump. Tanto Mark Zuckerberg, el fundador y máximo jefe, como Sandberg también desviaron la responsabi­lidad cuando se descubrió que desvelaron la identidad de decenas de miles de usuarios a la firma Cambridge Analytica, una firma vinculada a la campaña electoral del actual presidente de Estados Unidos.

Aunque Trump nunca rectifica, la Agency for Global Media, vinculada al Gobierno, ha pedido disculpas a Soros por airear teorías contra él sin confirmar.

Trump no rectifica, pero una agencia del Gobierno pide disculpas al millonario por difundir falsedades

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JIM WATSON / AFP La número 2 de Facebook, Sheryl Sandberg, el pasado mes de septiembre en el Congreso

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