El coche deja de reinar en Madrid, tomada por los peatones
Tranquilidad en la primera jornada del cierre a la circulación de los vehículos contaminantes
No. No hubo atascos infinitos, ni se bloquearon las calles, ni los comercios tuvieron que cerrar debido a la falta de compradores. No pasó nada catastrófico y sí algunas situaciones positivas, más aún en una ciudad en la que el coche era hasta el momento el rey: el tráfico se redujo en algunos momentos en la hora punta de la mañana hasta en un 45% respecto a otros viernes. Una barbaridad en un día laboral que, sin embargo, tenía aspecto de día festivo, con mucho peatón por la recién remodelada Gran Vía y otros muchos más moviéndose en los autobuses municipales. Otro dato significativo sobre los buses de la EMT, en la zona de tráfico restringido los tiempos de recorrido descendieron en un 24,2%, mientras que en las líneas de acceso al centro, el recorte de tiempo fue de un 22,6%.
Este es el resumen del primer día de la entrada en vigor del Madrid Central, una medida pionera en España que, en pocas palabras, supone el cierre al tráfico privado contaminante en la almendra central de la ciudad y que ha suscitado una enorme polémica entre detractores (se ha constituido una asociación de afectados, mayoritariamente integrada por comerpueden ciantes y transportistas) y defensores a ultranza de una ciudad libre de humos, en la mayoría, vecinos del centro, hartos del tráfico y la contaminación.
También en contra, los partidos de la oposición, especialmente el PP (pese a que este la idea de este proyecto tiene fecha del 2011, cuando gobernaba), que ha llevado el asunto ante los tribunales y Ciudadanos, que ayer, sin embargo, empezó a matizar sus críticas de la mano de Begoña Villacís. La Comunidad de Madrid, que también ha denunciado en los tribuna- les este proyecto no reforzó ayer las líneas del metro, pese a lo comprometido.
“Los mensajes catastrofistas que se oyen estos días recuerdan a los que se escucharon cuando se prohibió fumar en bares y restaurantes...Y mira lo que ocurrió. Ni se cerraron, ni se perdieron puestos de trabajo y a nadie se le ocurre volver a dejar fumar en los espacios cerrados”, señala Damián Molinero, un vecino próximo a Atocha.
En total, 472 hectáreas, unos 10 kilómetros lineales, en los que sólo entrar los vehículos de los residentes (únicamente pueden aparcar en su barrio). También los turismos de los no residentes con etiqueta ambiental CERO y ECO (los que tengan etiquetas B o C sólo pueden entrar para aparcar en un garaje privado o aparcamiento público). Los que no tengan etiqueta ambiental (los más antiguos) no pueden pasar. También pueden acceder los vehículos de personas con movilidad reducida, ambulancias y servicios públicos, taxis y VTC, además de profesionales que trabajen en el centro. Todas las motos con etiqueta ambiental podrán entrar, aunque las de etiqueta B y C lo pueden hacer con horario restringido (7 a 22 h). Los vehículos eléctricos, tanto particulares como de alquiler, tienen permitido el acceso y el aparcamiento.
El debate que ha suscitado este proyecto durante muchos meses ha permitido concienciar a los ciudadanos de las restricciones que ayer comenzaron. Especialmente a los vecinos de otras localidades, que son los que más utilizan el vehículo privado para trasladarse a su lugar de trabajo. “No te engañes, los de fuera son los que cogen el coche. Los que vivimos en Madrid nos movemos en transporte público”, señala Inma González, cansada de las críticas vertidas “a un Ayuntamiento que debe mirar por sus habitantes, no por de los Alcalá, Las Rozas o Pozuelo, ¡digo yo!”.
El gobierno de Manuela Carmena confía “plenamente” en que Madrid Central “va a funcionar”. “Habrá que hacer ajustes, seguro, pero es normal”, señalan, mientras recuerdan que hasta febrero no se multará con 90 euros incumplir las restricciones. Es el tiempo que consideran necesario para adaptarse a un Madrid sin coches.
AUTOBUSES
Los tiempos de recorrido en las áreas cerradas descendieron alrededor de un 24%
PERIODO DE ADAPTACIÓN Hasta febrero no se multará con 90 euros a quien incumpla las restricciones