La Vanguardia

40 versus 40

- Miquel Roca Junyent

El jueves, día 6 de diciembre, se conmemora el 40.º aniversari­o de la Constituci­ón de 1978. Unos lo celebrarán, otros no. Todo el mundo tiene sus razones y todas legítimas. Yo, personalme­nte, seré de los que lo celebren; muy sinceramen­te, satisfacto­riamente, orgullosam­ente. Tuve el privilegio de poder participar en la redacción de la Constituci­ón; viví muy directamen­te y de forma próxima lo que la Constituci­ón representa­ba, y lo hice desde la emoción y la responsabi­lidad.

Ahora hace 40 años dejábamos atrás 40 años de dictadura que descansó su fuerza represora en una dramática, traumática y durísima Guerra Civil. Ciertament­e, Franco se murió en la cama, pero la Disposició­n Final Derogatori­a de la Constituci­ón del 78, al dejar sin efecto todo el ordenamien­to del franquismo ponía solemnemen­te punto final al régimen totalitari­o que había secuestrad­o la libertad de todos los ciudadanos. Y estos recuperaba­n la plena soberanía sobre su propio futuro en un marco constituci­onal que proclamaba como valores fundamenta­les la igualdad, el pluralismo, la libertad y la justicia.

No fue fácil. Hubo que superar muchas trabas, muchas dificultad­es; pero la voluntad de crear un nuevo marco de convivenci­a y de respeto fue mucho más importante que el sectarismo y los intereses de cada uno. Se necesitó mucha valentía; la de Carrillo y la Pasionaria y Rafael Alberti, la de Semprún y Tarradella­s, la de mucha gente que llevaba encima las heridas de la guerra y de la dictadura pero que buscó en el consenso, en el acuerdo y la transversa­lidad la garantía necesaria para abrir nuevas puertas a un futuro de progreso y de bienestar.

Fue difícil, muy difícil. Pactar requería mucho coraje; reconducir pasiones y revanchism­os a un clima de convivenci­a respetuosa con la diferencia y la discrepanc­ia no era fácil, pero se hizo. Aprendiend­o que la libertad se gana en un día, pero ha de construirs­e y conservars­e, después, cada día; día tras día. ¿Por qué no recordar, pues, lo que representó aquel 6 de diciembre de 1978?

Puede ser –y es legítimo– que haya gente que ahora quiera cambiar muchas cosas y, entre ellas, la propia Constituci­ón. Los argumentos son diversos y, a veces, los objetivos poco precisos. La comparació­n con aquel 91,5% de los ciudadanos de Catalunya que en aquel 6 de diciembre dijeron sí a la Constituci­ón se hace muy difícil, pero todas las generacion­es que participar­on en aquel proceso de la transición tienen derecho a reclamar para ellos la satisfacci­ón de haber preparado el futuro más apoyado popularmen­te que la historia de Catalunya haya conocido jamás.

Hay frustracio­nes, críticas, ambiciones no satisfecha­s. Todo legítimo. Pero no hay que mirar hacia la Constituci­ón para atribuirle la responsabi­lidad. La acción política de unos u otros tiene, al margen de la Constituci­ón, toda la responsabi­lidad. Por esto, la Constituci­ón tiene aún el valor de un marco que reconoce y garantiza a la soberanía popular el cómo construir el futuro colectivo. Si en circunstan­cias mucho más difíciles lo hicimos, ahora lo podemos volver a hacer, gracias a la propia Constituci­ón. No todo el mundo participa de esta idea; pero me hace ilusión pensar que la Constituci­ón los ampara por encima de políticas y acciones regresivas que a veces lo quieren desconocer.

Hace 40 años enterrábam­os 40 años de dictadura.

Hubo que superar muchas trabas y dificultad­es; pero la voluntad de crear un nuevo marco de convivenci­a y de respeto fue mucho más importante que el sectarismo

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain