Settimo Mineo
NUEVO PADRINO DE LA COSA NOSTRA
Settimo Mineo (80), un joyero de Palermo, había tomado el relevo del fallecido Toto Riina como padrino de la Cosa Nostra. Mineo, detenido ayer junto a otros 45 mafiosos, había restablecido las reuniones de la cúpula del grupo mafioso.
Qué iba a ser de la Cosa Nostra sin Totò Riina, el histórico capo dei capi que murió el año pasado en un hospital de Parma. La desaparición de Riina, condenado a cadena perpetua desde 1993, planteaba muchas incógnitas sobre el futuro de la organización. La principal, quién iba a sucederle como líder de la mafia siciliana, muy debilitada en los últimos decenios tras numerosas detenciones y soplos internos. Él seguía dando órdenes desde la cárcel, sin arrepentirse jamás de sus actos.
Ayer, una operación de los carabineros arrojó algo de luz sobre esta cuestión. A primera hora de la mañana se informaba de la detención de Settimo Mineo, de 80 años, el considerado sucesor de Riina, junto a otros 45 mafiosos. Entre ellos, Filippo Bisconti, Belmonte Mezzagno y Gregorio Di Giovanni, los tres jefes de los mandamenti, los distritos en los que la Cosa Nostra dividen las zonas de gestión de las actividades ilegales. También arrestaron a diez jefes de familia. El resto son hombres de honor. Están acusados de pertenencia a asociación mafiosa, extorsión y tenencia ilícita de armas, entre otros delitos.
La operación ha sido bautizada Cúpula 2.0, en honor al nombre que este grupo criminal otorgó a las reuniones de la dirección. La Cúpula original nació con el famoso encuentro en el Grand Hotel Et des Palmes de Palermo en los años cincuenta entre miembros de las familias de la mafia estadounidense y siciliana. Luego, varias guerras internas hicieron que fuese controlada exclusivamente por los corleoneses. La Cúpula había dejado de reunirse desde que Riina entró en la cárcel en 1993, condenado a cadena perpetua tras ordenar el asesinato de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Los líderes de la Cosa Nostra empezaron a congregarse de nuevo el pasado 29 de mayo bajo las órdenes de Mineo, el propietario de una joyería en el centro histórico de Palermo que ya había sido condenado a cinco años en el llamado maxiproceso contra la Cosa Nostra tras las investigaciones de Falcone, y después volvieron a caerle 11 años. Como buen hombre de honor, en los interrogatorios de Falcone, Mineo jamás colaboró. “No sé de qué me habla”, le respondió al juez.
Según explicó en una rueda de prensa el fiscal jefe antimafia de Palermo, Francesco Lo Voi, Mineo fue quien se puso en contacto con el resto de capos para volver a restablecer las antiguas leyes de la Cosa Nostra. “Durante el encuentro de mayo, discutieron cómo restablecer las reglas que se habían perdido”. Por ejemplo, organizar reuniones periódicas durante las cuales los representantes de los mandamenti deben elegir a los jefes de sus familias, resolver cualquier conflicto entre los miembros, o sancionar a los hombres de honor en caso de incumplimiento o comportamiento censurable, alejándolos temporal o permanentemente de sus familias.
“Carismático y con dotes de mediador, el viejo boss no utilizaba móviles por temor a ser interceptado y se movía a pie, incluso para ir a encontrarse con otros jefes de familia”, cuenta Paolo Borrometi, un periodista siciliano amenazado de muerte por este grupo criminal. “En una Cosa Nostra aturdida por las numerosas detenciones y en busca de una referente sólido, Mineo apareció como una oportunidad fiable”, valora el periodista.
La operación se ha saldado con éxito gracias a escuchas telefónicas. También ha servido para conocer los ingresos de la Cosa Nostra, el tráfico de drogas y las apuestas por internet. El principal peligro en Italia lo representa ahora la ‘Ndrangheta calabresa, que mueve 43.000 millones de euros y el 80% del negocio de la cocaína en Europa.
Mineo había organizado la resurrección de la Cúpula, unas reuniones de la dirección que no se celebraban desde 1993