Adelante con tropiezos
Iglesias apoya el liderazgo de Teresa Rodríguez pero pide una reflexión autocrítica
El traspié en Andalucía supone para Podemos e IU un reto en su plan de conformar un espacio político propio.
El andalucismo naufragó. El nacionalismo español que usaron con distinta intensidad PP, Ciudadanos y Vox triunfó en las elecciones del domingo, y eso afecta al futuro inmediato de Podemos e IU en la región, porque supone un serio traspiés para sus planes de conformarse en espacio político propio.
La estrategia andalucista, tibia en la campaña del PSOE e inequívoca en la de Adelante Andalucía, no tuvo respaldo en las urnas y eso deja en suspenso a corto plazo los planes de los líderes de Podemos e IU en Andalucía, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, de constituirse en un sujeto político propio –a imagen y semejanza de CatComú– con el andalucismo como banderín de enganche, emancipados de la imagen, marca y estructura de Podemos.
La confluencia no está en cuestión, subrayan fuentes de IU, pero sí ha quedado comprometida la velocidad de su emancipación como sujeto autónomo, la posibilidad de que su modelo de autonomía organizativa se plasme en un grupo propio en el Congreso y la expansión del modelo a corto plazo a otros territorios. Esa posibilidad estaba en la mente de la corriente anticapitalista de Podemos, hegemónica en Andalucía, que esperaba el revulsivo andaluz para impulsar procesos similares en algunos otros territorios. En especial, en aquellos en que el sector trotskista opera ya desde fuera de la organización. Como en Madrid, donde, a pesar de contar con un peso significativo, la corriente renunció a presentarse a las primarias que convirtieron en candidato a Íñigo Errejón. Y algo similar ocurre en el caso navarro.
La dirección estatal no cuestiona el liderazgo de Rodríguez, como repitieron ayer Noelia Vera y Pablo Echenique, tras la reunión de la ejecutiva, y como ya había subrayado Pablo Iglesias el domingo por la noche. Ni siquiera se culpa abiertamente de la pérdida de tres escaños a la estrategia de campaña (sin colores morados ni logos de Podemos, sólo con banderas andaluzas y la nueva marca), a la que la dirección de Podemos se plegó: incluso Iglesias, en los mítines en que participó, adoptó una épica andalucista ahormada al diseño de campaña.
Pero el cofundador Juan Carlos Monedero, miembro del gabinete en la sombra Rumbo 2020, anoche, desde su late night, lo subrayaba, pidiendo autocrítica: “No vale decir
Adelante Andalucía pretendía crear un partido independiente a imagen y semejanza de CatComú
ayer que estaba a punto de nacer un nuevo sujeto de cambio de Andalucía y decir hoy que la culpa es de Podemos”.
La dirección estatal sigue a la espera de que la organización territorial andaluza analice en detalle los resultados y ofrezca conclusiones sobre el retroceso. Pero a nadie escapa que el proceso de espacio autónomo no salió reforzado, y el andalucismo, como vector político con posibilidades de hegemonía, de momento, es historia.