Senadores republicanos culpan a Bin Salman de ordenar matar a Khashoggi
Si el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salam, se sentara ante un jurado por el asesinato del disidente Jamal Khashoggi ,“lo declararían culpable en 30 minutos”, afirmó ayer el senador republicano Bob Coker, presidente de la comisión de Exteriores, después de escuchar las explicaciones de la directora de la CIA, Gina Haspel, sobre su investigación del crimen. “No tengo ni la más mínima duda de que MBS ordenó el asesinato, lo supervisó, sabía lo qué estaba ocurriendo y lo planificó con antelación”, dijo Corker, colocándose –como otros altos cargos republicanos en el Senado– contra la opinión del presidente Donald Trump de que “no se puede saber qué pasó realmente” y no cabe pedir cuentas a Riad.
El enfado con la Casa Blanca por impedir que Haspel les informara personalmente de las pesquisas de la agencia obligó ayer a la directora a acudir al Senado a dar explicaciones. La reunión fue a puerta cerrada pero tan pronto como se abrió los senadores –media docena, republicanos y demócratas– uno a uno todos airearon sus conclusiones. “El príncipe es cómplice del asesinato al más alto nivel”, dijo el republicano Lindsey Graham, que defendió que por importante que sea la alianza con Arabia Saudí no se debe salvaguardar “a toda costa”.
“Haremos más daño a nuestra posición en el mundo y nuestra seguridad nacional pasando por alto lo que ha hecho el príncipe heredero que afrontándolo”, porque “está loco y es peligroso”, añadió Graham. La Casa Blanca se ha aferrado a que a pesar de los numerosos indicios que apuntan a Bin Salman co- mo responsable del asesinato (su posición de control, las llamadas para que se animara a Khashoggi a ir al consulado donde le mataron, contactos constantes a la hora del crimen con el alto cargo que supuestamente configuró el equipo de matones...) no hay una ‘pistola humeante’ o prueba irrefutable de su implicación. “Puede que no haya una pistola humeante pero lo que hay es una sierra humeante”, dijo Graham. La falta de respuesta de Trump llevó al Senado la semana pasada a aprobar una resolución que pide retirar el apoyo de EE.UU. a Arabia Saudí en la guerra de Yemen. El texto está ahora sometido a enmiendas y no está claro para qué medidas habrá mayoría cuando se debata la próxima semana.
“Espero que el Senado actúe y envié un mensaje inequívoco de que esas acciones no son tolerables”, dijo el demócrata Bob Menéndez. Lo contrario, “sería un mensaje muy peligroso al mundo”.
“Puede que no haya una pistola humeante, pero hay una sierra humeante”, afirma el senador Graham