La gran eclosión
Durante la ‘era Núñez’, las tres secciones históricas del Barça conquistaron el 40% de los 356 títulos que acumulan
Pasamos de ser un club a ser un gran club”, sintetizaba hace unos meses Valero Rivera el crecimiento que experimentó el Barça bajo el mandato de Josep Lluís Núñez. Para la historia quedará, no sólo por la reiteración como un mantra, que durante los 22 años de presidencia del constructor las secciones blaugrana vivieron su gran eclosión. Números en la mano, en la vasta era Núñez, el Barça explotó su faceta polideportiva y se convirtió en uno de los referentes españoles y europeos en las principales disciplinas.
Un dato resume la expansión que disfrutaron los inquilinos del Palau Blaugrana: durante el mandato de Núñez (1978-2000), las tres secciones profesionales históricas del club –baloncesto, balonmano y hockey patines– conquistaron 143 de los 356 títulos que acumulan, un 40% de sus trofeos: 65 en balonmano, 43 en hockey patines y 35 en baloncesto.
Antes de Núñez (entre 35 y 52 años de historia de esas secciones), las vitrinas estaban semivacías: el balonmano blaugrana había ganado 5 títulos (al margen de los 16 campeonatos de España y Catalunya de balonmano a 11); el hockey patines tenía 14 trofeos (con 3 Copas de Europa y 3 Ligas); y el baloncesto, 9 títulos, ninguno continental (1 Liga y 8 Copas). Un solar en el museo y una total ausencia de liderazgo en las competiciones estatales, que acaparaban históricos como el Granollers y el Atlético de Madrid en balonmano, el Joventut y el Real Madrid en baloncesto, y el Reus, el Voltregà y el Español en el hockey patines.
¿Qué ocurre con la llegada de Núñez (1978)? Básicamente, dos aspectos cruciales, como coinciden los protagonistas del despegue: la creciente profesionalización (y subsiguiente contratación de estrellas) y la delegación de responsabilidades en gestores cualificados como Salvador Alemany, Jordi Villacorta, Josep Lorente, Aito García Reneses o Valero Rivera. En ellos confió Núñez para construir unas secciones que hicieran realidad su Barça triomfant.
“A mí me fichó Núñez tras preguntar a Villacorta (el responsable de la sección de hockey patines)”, explica desde Galicia Carlos Figueroa, el último entrenador de la era Núñez (1994-2005), con quien el Barça conquistó 29 títulos después de dejar el Igualada, una de las víctimas de la política esquilmadora del Barça, que birló al club del Anoia a Gabaldón, Folguera y al técnico. “Es cierto que yo llegué de forma traumática, pero luego en el Barça recibí la directriz de no tocar a los rivales directos para no desestabilizarlos; a Núñez le habría sido fácil liquidar la sección, pero habría quitado alicientes al deporte catalán; era una de las cosas que lo hacían diferente”, confiesa Figueroa, que considera a Núñez “el mejor presidente que he tenido”.
La sección que más se catapulta en la era Núñez fue el balonmano. La clave: la gestión del plenipotenciario Valero Rivera, en quien Núñez confió, en 1983, un equipo que sólo había ganado dos Ligas y 3 Copas en 35 años. Valero impuso sus métodos estrictos y profesionales, desarrolló un balonmano moderno, tuvo buen ojo para fichar (Vujovic, Masip, Rico, Svensson...) y conformó el primer dream team (que sumó 6 Copas de Europa).
Algo parecido ocurrió en el baloncesto, una parcela de amplio dominio madridista. Núñez confió en Antoni Serra (1979-85) y luego en Aito García Reneses (19852001), que formó un equipo estelar con Solozábal, Epi, Sibilio, Norris o Jiménez, que hicieron del Barça el auténtico dominador de los 80.
Aquella semilla sigue dando frutos: el Barça ahora es uno de los referentes continentales. El baloncesto ha ganado dos Euroligas, el balonmano tres Champions más, y el hockey patines, 10 más.
EL ‘MILAGRO NÚÑEZ’
La profesionalización y la delegación en gestores cualificados fueron claves para el despegue del Palau
LA POLÍTICA DE FICHAJES “Recibí la directriz de no tocar a los rivales directos para no desestabilizarlos”, confiesa Carlos Figueroa