La Vanguardia

Aprueban la reforma del euro sin presupuest­o ni garantía de depósitos

La tasa digital va de bloqueo en bloqueo camino de un probable fracaso final

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Después de meses de negociacio­nes, culminadas con una noche en blanco, el eurogrupo aprobó su plan para la reforma de la zona euro. Poco se parece a la proyectada hace un año. De entrada, no hay ni ministro europeo de finanzas, ni Fondo Monetario Europeo. Esto ya lo sabíamos, se habían caído por el camino; pero tampoco habrá presupuest­o de la eurozona ni garantía de depósitos. Comparado con las expectativ­as de diciembre del 2017, esta reforma es de mínimos, y además desequilib­rada. Se avanza en la protección del sistema bancario, ciertament­e importante, pero no en temas que afectan directamen­te a los ciudadanos, como la protección de los depósitos o un seguro de desempleo europeo. La ministra española, Nadia Calviño, lo justificó argumentan­do que la unión económica y monetaria siempre avanza “pasito a pasito” y que no hay que crear grandes expectativ­as.

El presidente del eurogrupo, Mario Centeno, dijo que después de una “dura negociació­n” habían conseguido “un gran progreso en algunas áreas clave”. Se refería a los dos puntos en que sí se pusieron de acuerdo los ministros. Los dos se refieren al fondo de rescate (MEDE). Se refuerzan sus competenci­a y también se le destina a servir de garantía para rescatar a los bancos en dificultad­es. Una opción de último recurso a la cual recurrir en caso de urgencia. En realidad, son dos temas que estaban ya muy avanzados pero que a última hora aún tuvieron que superar dificultad­es adicionale­s. En cambio, respecto al presupuest­o de la zona euro, del cual Francia ha hecho bandera, hay oposición abierta a la función de estabiliza­ción que se le quiere dar, y tampoco se acepta la creación de un seguro de desempleo europeo. “No hay visión común sobre la necesidad ni el diseño de esta función de estabiliza­ción” reconoció Centeno. Es decir, hay países, como Holanda, que rechazan abiertamen­te que este presupuest­o pueda servir para mantener el nivel de inversión en un país cuando atraviese dificultad­es económicas, que es su gran propósito original. Si el presupuest­o lo tiene mal, peores perspectiv­as son las del esquema de garantía de depósitos europeo, el que tendría que asegurar los primeros 100.000 euros de cada cuenta bancaria. Tan mal están las cosas que se ha desviado el dossier a un grupo de trabajo que tendrá que rendir cuentas en junio del 2019.

La ministra Calviño expresó lo que, de momento, parece un objetivo inalcanzab­le, “construir una Europa para los ciudadanos….es importante que hablemos de garantía de seguro de desempleo y garantía de depósitos”. Pues bien, justamente los dos temas que han quedado rezagados. No hay que esperar un big bang, un acuerdo en un día, es la justificac­ión de Calviño.

Por otro lado, ayer los ministros fracasaron una vez más en acordar la tasa digital europea. El 3% con que ser quiere gravar la cifra de negocios de Google, Facebook y otros gigantes numéricos va de bloqueo en bloqueo camino de un probable entierro, al menos en un formato mínimament­e ambicioso. Previendo el desacuerdo, Francia y Alemania se sacaron de la manga en el último minuto una versión más limitada de la tasa, que sólo gravaría la publicidad online, no la venta de datos ni la intermedia­ción. Esto dejaría fuera del gravamen a empresas como Uber o Airbnb, pero seguiría afectando a Google y Facebook. Con la nueva fórmula se reduciría más la recaudació­n. Según los cálculos de la CE, si la tasa al completo recaudaría 5.000 millones de euros, limitada a la publicidad online, se quedaría en 1.200 millones.

A pesar de las rebajas, varios países mantuviero­n su escepticis­mo también para la nueva fórmula, que se estudiará en febrero o marzo. “Preferimos un resultado a mantener un postureo ” indicaron fuentes franceses para justificar las repetidas cesiones que han ido concediend­o en la defensa de esta tasa. La

Se refuerzan las competenci­as del fondo de rescate, que podrá rescatar a bancos en dificultad­es

regla de la unanimidad en temas de fiscalidad y la oposición de países como Irlanda, Dinamarca, Finlandia y Suecia restringe las opciones de acordarla. Este fracaso no impedirá a España aplicar por su cuenta la tasa digital en un formato más amplio. Calviño indicó que siguen adelante los planes de implementa­ción. Por cierto, que la ministra lució en la reunión un chaleco amarillo, el color del cual, en estos tiempos revueltos en Francia, no pasó desapercib­ido por el embajador francés en la reunión.

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STEPHANIE LECOCQ / EFE Pierre Moscovici y Mário Centeno

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