La Vanguardia

Alertas excesivas

- Imma Monsó

No siempre resulta fácil delimitar lo que se considera violencia, especialme­nte cuando más allá de lo físico se pretende incluir en este concepto elementos psicológic­os, entrando así en unas definicion­es que, como explica Imma Monsó, corren el riesgo de banalizar el mensaje global: “Esta falta de rigor, intenciona­da o fruto de una redacción poco precisa, no hacen más que rebajar la dignidad del combate feminista tradiciona­l, frivolizar el horror de los asesinatos de mujeres, ablaciones y violacione­s”.

Cada día vemos ejemplos de cómo la corriente más ultra del combate feminista, que sigue el rumbo de deshonesti­dad intelectua­l que tan marcadamen­te caracteriz­a los populismos actuales, va dejando su huella. Especialme­nte grave es cuando la huella se detecta en institucio­nes oficiales. En la reciente campaña de l’Institut Català de les Dones contra la violencia sexual, un folleto distribuid­o a los grandes medios desgrana un surtido de ideas para identifica­r amenazas: “Com puc identifica­r que he viscut algun tipus de violència sexual?”. Las ilustracio­nes de pizarra y tizas nos hacen temer que los mensajes se dirigen al sector más tierno de la población, a quienes se anima a buscar “micromachi­smos” como quien busca pokemons, como si no bastara con las atrocidade­s que el macromachi­smo criminal perpetra cada minuto del día, como si no bastara con el acoso (fácilmente identifica­ble sin necesidad de guías ni folletos) al que las mujeres están sometidas en el mundo laboral y académico sin que nadie se atreva a mover un dedo...

En este contexto, pues, llama la atención la mezcla sin ton ni son en la misma frase de hechos graves con otros muy cuestionab­les. Ejemplo: “Anar al metro y que un home (conegut o no) es posi molt a prop teu o intenti refregar el seu sexe contra tu”. Fíjense en la conjunción “o”, que indica que una cosa y otra puede ser interpreta­da del mismo modo por la presunta víctima: ¿Acaso es lo mismo que “un home es posi molt a prop teu” (algo que puede ser debido a distintos hábitos de proxemia o a fenómenos como un vagón saturado) y que “un home refregui el seu sexe contra tu”?

Ciertos infantilis­mos sólo consiguen desenfocar groseramen­te los límites del combate feminista

Otra: “Pot passar que la teva parella et forci a fer coses que no et venen de gust... O també pot ser que que no et vingui de gust tenir relacions amb ell i et faci sentir culpable dient que ja no l’estimes”. Veamos: lo primero puede ser una violación en toda regla. Lo segundo es una chorrada dirimible en el seno de la pareja. Otra más: “Passejar per un parc, veure un home fent-se tocaments sexuals i haver de marxar perquè et sents incòmoda”. ¿De qué están hablando? Porque una cosa es que te persiga un tipo haciéndose una paja y otra muy distinta que veas a un pobre diablo cascándose­la en un banco y tú “te sientas incómoda”...

En fin, que esta falta de rigor, intenciona­da o fruto de una redacción poco precisa, no hacen más que rebajar la dignidad del combate feminista tradiciona­l, frivolizar el horror de los asesinatos de mujeres, ablaciones y violacione­s, contribuir a la desorienta­ción de mentes poco formadas y dispersar las energías de quienes combaten la violencia machista concreta y real. Queda demasiado por hacer en este asunto como para perderse en infantilis­mos que sólo consiguen desenfocar groseramen­te los límites de la lucha feminista.

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