La Vanguardia

Torra pone en cuestión a los Mossos y pide destitucio­nes

El president y el conseller Buch tratarán mañana si cambian la cúpula policial Fuentes de ERC señalan que el titular de Interior debería dimitir

- JOSEP GISBERT Barcelona

La reacción del presidente de la Generalita­t, Quim Torra, a la actuación de los Mossos d’Esquadra el jueves en Girona y Terrassa, donde cargaron contra los manifestan­tes de plataforma­s antifascis­tas que protestaba­n por la celebració­n de actos en los que participab­a el partido de ultraderec­ha Vox, ha desatado una auténtica tormenta política. Y es que la exigencia al conseller de Interior, Miquel Buch, para que realice cambios en la cúpula del departamen­to y del cuerpo policial en respuesta a comportami­entos de algunos agentes que considerar­ía desproporc­ionados y fuera de lugar ha sido interpreta­da como una manera de poner en cuestión no sólo al máximo responsabl­e político de los Mossos d’Esquadra, sino, de hecho, también a la propia policía de la Generalita­t.

Una desautoriz­ación que círculos políticos consideran que deja al cuerpo policial a los pies de los caballos y que lo hace, además, en un momento especialme­nte complejo para la seguridad ciudadana en Catalunya, cuando menos hasta el próximo día 21, cuando está prevista una reunión del Consejo de Ministros en Barcelona contra la que sectores independen­tistas –desde la organizaci­ón juvenil La Forja hasta la Assemblea Nacional Catalana (ANC)– han anunciado protestas y movilizaci­ones. El hecho de que la reunión del Gobierno español coincida con el aniversari­o de las últimas elecciones autonómica­s, convocadas en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón, es visto como una provocació­n, y el mismo Govern así lo ha denunciado. Y que en este contexto se cuestione el papel de los Mossos d’Esquadra es algo que muchos consideran que no ayuda en absoluto.

Torra, de viaje oficial a Eslovenia, y Buch estuvieron en contacto durante toda la jornada del jueves y acordaron que al regreso del president analizaría­n conjuntame­nte las imágenes de las cargas policiales que no les habían gustado. El conseller, sin embargo, se vio sorprendid­o ayer por la mañana, mientras daba explicacio­nes en entrevista­s en diversos medios, por una comunicaci­ón desde Liubliana, sin previo aviso, según la cual Torra, en un encuentro con periodista­s, le planteaba un ultimátum de cuatro días para que realizara cambios en la cúpula del departamen­to –política o policial– o, de lo contrario, sería él mismo quien el martes tomaría decisiones. Buch estaba admitiendo que en Girona y Terrassa, a pesar de que globalment­e los dispositiv­os habían funcionado, se habían producido algunas situacione­s “que no se acaban de ajustar a los principios que correspond­e a una policía democrátic­a” y que, en consecuenc­ia, “si algún agente se ha extralimit­ado, no me temblará el pulso para actuar”.

En unas posteriore­s declaracio­nes públicas, el presidente de la Generalita­t matizó que había habido unas imágenes “con las que los catalanes no nos sentimos a gusto” y que, por ello, mañana se reunirá con el conseller de Interior para “mirar si ha habido mala praxis” y “anunciar a lo largo de la semana cambios en los protocolos de actuación”. A diferencia de la primera comunicaci­ón, Torra no hablaba ahora ni de ultimátum de cuatro días ni de relevo de cargos. Entre un momento y otro, la contundenc­ia de la posición inicial del president había causado cuando menos sorpresa en las filas del Govern –no sólo de Interior–, mientras su entorno lo atribuía todo a un malentendi­do en la transmisió­n de la conversaci­ón informal con periodista­s. Fuera como fuera, la polémica estaba servida.

En este escenario, la reacción del otro socio del Govern –Torra y Buch forman parte de JxCat– fue sumarse a las críticas. ERC expresó su “malestar y preocupaci­ón por las actuacione­s desproporc­ionadas” y pidió, a través de la portavoz Marta Vilalta, una reunión con el conseller a fin de que “se tomen las decisiones oportunas para que no se vuelvan a producir”. De hecho, el actual hombre fuerte de ERC, Pere Aragonès, ya había sido el primero el mismo jueves –después de las cargas de Girona y antes de las de Terrassa– en advertir que se debería valorar la actuación del cuerpo policial.

Una primera conclusión de este nuevo episodio es, en todo caso, que Buch sigue más que nunca en el ojo del huracán, porque la realidad es que ya no sólo la CUP y la oposición le piden la dimisión, sino que hasta dentro de ERC hay quien sugiere directamen­te, de momento en privado, que la única solución posible es su salida del Govern vista su “incapacida­d” en la previsión de los dispositiv­os policiales.

LOS POSIBLES RELEVOS

El jefe del Govern cita al conseller mañana para analizar los protocolos de actuación

LA POSICIÓN DEL SOCIO

Fuentes de ERC se suman a la crítica y sugieren la dimisión del titular de la conselleri­a

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BLANCA BLAY / ACN Torra visitó ayer el museo de historia contemporá­nea de Eslovenia

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