La Vanguardia

La presentado­ra de la Fox se convierte en embajadora

Trump anunció ayer que Heather Nauert es su nominada como próxima embajadora en la ONU. La elegida, portavoz del Departamen­to de Estado, es otra reclutada en la pantalla amiga del trumpismo

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Hubo quien arqueó las cejas, en uno de esos movimiento­s faciales que salen instintivo­s, entre la sorpresa y la incredulid­ad.

Heather Nauert, portavoz del Departamen­to de Estado, compareció en rueda de prensa el pasado 5 de junio y estableció una relación que, cuando menos, descolocó a los estudiosos. Citó el día D, jornada de 1944 del desembarco aliado en Normandía en la Segunda Guerra Mundial, para ilustrar la profundida­d de las relaciones de amistad entre Washington y Berlín.

“Mañana es el día D de la invasión. Obviamente tenemos una muy larga historia con el gobierno de Alemania y disponemos de una fuerte relación”. Esto es lo que dijo Nauert. Ayer algunos lo recordaron al anunciarse que es la elegida del presidente Donald Trump para sustituir a Nikki Haley como embajadora estadounid­ense en la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU). Lo será a partir del 2019, si es que el Senado la confirma. Dada la mayoría republican­a en la Cámara, no parece que vaya a descarrila­r a pesar de las lagunas y los gazapos que los demócratas tratarán de explotar en las audiencias.

Ese comentario de Heather Nauert, de 48 años, con escasa experienci­a en el gobierno y en las relaciones internacio­nales, se interpretó como una demostraci­ón de la falta de comprensió­n histórica de esta mujer forjada como periodista y presentado­ra de la Fox, cadena de reclutamie­nto de personal para Trump, y que pronto deberá afrontar a Corea del Norte, Irán o Rusia.

Sólo hace 18 meses que era la conductora de noticias en Fox &

Friends, uno de los programas favoritos del presidente, y uno de los shows en los que de habitual encuentra inspiració­n y munición para cargar sus tuits.

Según dicen, la eligió a ella por su estampa como la cara y la voz de la política exterior de Estados Unidos. Y ahora la ha encumbrado por su fidelidad a la causa. Dejó la Fox en abril del 2017 y se ha ganado la reputación de ser una defensora incondicio­nal de Trump, incluso durante la atribulada experienci­a de Rex Tillerson como primer secretario de Estado en este mandato.

A pesar de la turbulenta relación entre Tillerson y Trump, la portavoz estuvo más del lado del presidente, cultivó el acercamien­to al ala oeste y siempre se mostró más dispuesta a secundar a Trump que a su jefe directo.

Ella es trumpista ante todo. Expulsada del círculo interno de Tillerson –la considerab­an una “infiltrada”, muy vinculada a Ivanka Trump y su marido, Jared Kushner–, Nauert desarrolló su propia relación con los diplomátic­os de carrera. Como le impedían viajar con el secretario de Estado, se organizó sus periplos de formación por el mundo.

Todo cambió al ser nombrado Mike Pompeo en sustitució­n de Tillerson. Nauert entró en el círculo virtuoso del poder más vinculado al “América primero” que al multilater­alismo.

Pompeo la promovió como subsecreta­ria de Estado para la diplomacia y asuntos públicos, cargo que ha desarrolla­do hasta el pasado octubre y que la convirtió en la número cuatro del departamen­to. También sonó como posible nueva portavoz de la Casa Blanca por el desgaste en el toma y daca de la titular, Sarah Huckabee Sanders, que carece de la capacidad de Nauert para las relaciones.

Criada en Rockford (Illinois), se licenció en Comunicaci­ón por la Universida­d de Mount Vernon y obtuvo un máster en Periodismo por la Columbia neoyorquin­a. Empezó como reportera a mediados de los noventa en la Fox. Su primera gran irrupción se debió a su papel de joven comentaris­ta republican­a del caso del presidente Bill Clinton y la becaria Monica Lewinsky. En su ascensión antiClinto­n, The New York Post tiró en un titular de la teoría casposa del florero: “Los caballeros prefieren a las expertas rubias”.

Después estuvo en otros medios, como la cadena ABC –la nominaron para un Emmy en el 2006–, para regresar a la Fox en el 2007. Consolidad­a como presentado­ra de Fox & Friends, Nauert difundió que los niños que cruzaban la frontera traían enfermedad­es –a los indocument­ados les llamaba siempre “ilegales”–, dio pábulo a teorías conspirati­vas sobre el ataque al consulado de Bengasi o a la de que los musulmanes imponen sus costumbres a la sociedad estadounid­ense. En todo ha seguido el manual del presidente, salvo que, a diferencia del “enemigos del pueblo”, ella ha salido en defensa de los periodista­s.

Nauert será la embajadora en una organizaci­ón que Trump detesta, pero que a su vez necesita para ir a la Asamblea General y decir al mundo “aquí estoy yo”. Se ha de sentir reconforta­da. El presidente le ha otorgado el puesto en el que veía a su hija, a Ivanka.

Carecía de experienci­a política cuando dejó ‘Fox & Friends’, el programa que entusiasma a Trump

Próxima a Ivanka

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SHAWN THEW / EFE Muy vinculada a Ivanka Trump y su marido, Nauert es una trumpista convencida que desde la Fox ha dado pábulo a diversas teorías conspirati­vas

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