El PSOE lanza desde el Gobierno una ofensiva contra el pacto de PP, Cs y Vox
La Moncloa reprocha que conviertan Andalucía en “la cuna de la ultraderecha”
El desastre electoral en Andalucía es un duro varapalo para el Gobierno y para todo el PSOE, ya que, pese a que los socialistas siguen ocupando la primera posición, perderán casi con toda seguridad la presidencia de la Junta. Pero Pedro Sánchez siempre intenta convertir las crisis en oportunidades y considera que el “consorcio tripartito” entre el PP, Ciudadanos y Vox –cuyo acuerdo es imprescindible para desalojar al PSOE del poder después de 36 años– le permitirá ocupar todo el espacio del centro y de la moderación política ante las próximas citas del calendario electoral.
Aún a la espera del acuerdo que sellen el PP, Cs y Vox para gobernar Andalucía, el Gobierno y el PSOE ya diseñaron su nuevo discurso electoral en la misma funesta noche electoral, vinculando lo que hasta entonces denominaban “las dos derechas, la azul y la naranja”, en referencia a las formaciones de Pablo Casado y Albert Rivera, con el emergente partido de Santiago Abascal, al que tachan de “ultraderechista” y con un “ideario inconstitucional”.
El Gobierno y el PSOE aplicarán ahora contra Casado y Rivera la misma estrategia que el PP y Cs desplegaron contra Sánchez, al acusarle de estar “arrodillado” ante los independentistas catalanes, con los que tendría firmados “pactos ocultos”. El ministro de Fomento y secha”, cretario de organización de Ferraz, José Luis Ábalos, reitera desde el domingo que “es falso” y que el PSOE “no tiene ningún acuerdo con los independentistas”. Esta afirmación, subrayada hasta la extenuación por el PP y Cs, “responde a la propaganda, no a la realidad”, según Ábalos. Pero el PSOE ha sufrido en sus propias carnes, con su caída en Andalucía, el éxito de esta “propaganda” que ahora también temen que les pase una onerosa factura electoral algunos de los presidentes autonómicos socialistas que optan en mayo a la reelección.
Ojo por ojo. La propia portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, aprovechó ayer el altavoz de la Moncloa, con el que cada viernes informa de los acuerdos del Consejo de Ministros, para disparar un explícito discurso partidista. Así, afirmó que el PSOE andaluz fue el “claro vencedor” en las urnas, al cosechar más de un millón de votos, por lo que Susana Díaz “está legitimada para defender su candidatura a la presidencia de la Junta”. Y, a continuación, cuestionó que el PP y Cs “se arroguen el derecho” a presidir el gobierno andaluz. La irrupción de Vox, añadió, fue “una sorpresa”. “Pero la sorpresa sería aún mayor si el PP y Cs pretendieran buscar su apoyo”, para hacerse con las riendas de la Junta. “Hemos sido el último país de Europa en sufrir el impacto de la extrema derecha, pero podemos ser el primero en el que los partidos de la derecha sean capaces de apoyarse en la ultradere- advirtió, porque eso supondría “una clara amenaza contra la calidad democrática” de España. Esto, insistió, sería inconcebible en Alemania o en Francia, donde aseguró que tienen establecido “un cordón sanitario para no blanquear a la ultraderecha”. “La democracia tiene que vencer al miedo, y en Andalucía se debe promover un gobierno constitucionalista y europeísta”, dijo. E instó a “evitar que Andalucía se convierta en la cuna de la ultraderecha”.
Celaá, preguntada al respecto, aseguró que la diferencia entre el respaldo que el independentismo catalán dio a Sánchez y el que la extrema derecha pueda ofrecer al PP y Cs es “enorme”. “No es lo mismo una moción de censura, donde nada
La votación de la senda de déficit otra vez en el Congreso testará la posición del PDECat y ERC ante las cuentas
se negoció, que una negociación para conseguir la presidencia de la Junta, donde por tanto habrá cesión mutua”, justificó.
El Consejo de Ministros, por otra parte, volvió a aprobar ayer los mismos objetivos de estabilidad presupuestaria –con un déficit del 1,8%, lo que permitiría 6.000 millones de euros más de gasto– que ya rechazó el Congreso en julio. Se trata de un trámite al que obliga la ley de Estabilidad y que el Consejo de Estado recomendó volver a llevar al Parlamento como paso previo a la presentación del proyecto de presupuestos para el 2019 que el Consejo de Ministros aprobará a mediados de enero. La mayoría absoluta del PP en el Senado tumbará esta nueva senda, pero su votación en el Congreso, prevista para este mismo mes de diciembre, servirá como termómetro de la posición de ERC y el PDECat antes de que se celebre el debate de las enmiendas de totalidad de los presupuestos. En julio, los partidos independentistas catalanes se abstuvieron ante esta nueva senda ya que ni siquiera Unidos Podemos votó a favor, lo que supuso la primera ruptura de la mayoría de la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa.