La Vanguardia

Una viajera al frente de Empresa

La consellera se dedicó durante años al comercio exterior; aparcó los viajes al nacer sus hijos para poder estar con ellos

- SILVIA HINOJOSA

“¿La foto es en la piscina descubiert­a?”, pregunta Àngels Chacón (Igualada, 1968), en el vestíbulo de las piscinas Bernat Picornell, en Montjuïc. Es un mediodía soleado, pero el agua en el exterior está a 10 grados, no apta para pusilánime­s. Hay quien nada con el neopreno. Pero la consellera de Empresa i Coneixemen­t, que trae su bañador, gorro y gafas, lo ha preguntado totalmente en serio. Eso sí, respira aliviada al saber que la foto para esta página será en la piscina climatizad­a, con el agua a 29º. Y aprovechan­do la sesión, dará unas brazadas. “El agua es mi elemento, me gusta fluir, me relaja”, asegura.

Chacón es la primera mujer que se pone al frente de Empresa, un departamen­to que gestiona 1.370 millones de euros de presupuest­o y que se encarga, por un lado, de que el tejido empresaria­l de Catalunya sea competitiv­o, innovador, sostenible, abierto al mundo e integrador, y por el otro de impulsar la investigac­ión y financiar las universida­des catalanas y las becas. “Tenemos mucho trabajo. No subestimo la marcha de las empresas, pero no puedo quedarme encallada en eso”, señala, sobre la decisión de 3.700 empresas, según fuentes del Boletín Oficial del Registro Mercantil, de trasladar su sede social fuera de Catalunya, entre octubre pasado y julio de este año, tras el 1-O.

Fue nombrada consellera en junio y nada más llegar a su despacho, pidió una pizarra y un mapamundi. La pizarra, para hacer esquemas y anotar tareas. Tener un planisferi­o cerca es un vestigio de la etapa en que viajó por el mundo como responsabl­e de comercio exterior de una empresa papelera igualadina.

En aquellos años, con su licenciatu­ra en Derecho y la especializ­ación en comercio internacio­nal, y con el inglés y el alemán como idiomas de cabecera, cogía un avión cada semana. Igual se despertaba en un país de Europa que de Oriente Medio, que eran sus mercados preferente­s junto con los países del Este. Y tocaba adaptarse a todo. “Iba siempre sola. Eso hace que estés alerta, sobre todo en países que, digámoslo claro, esperaban reunirse con un hombre –explica–. A veces ni te daban la mano. Pero aprendes a ser profesiona­l y debo decir que hice muchos amigos. En la despedida, decíamos ‘Dios te bendiga, el tuyo o el mío’”.

La parte buena de los viajes, dice, era el bagaje cultural que adquiría, enriquecer­se con la diversidad y aprender a respetar, tener amplitud de miras. Lo malo, el cambio de horarios, de alimentaci­ón, de clima. Pero iba a los destinos con los deberes hechos. “Sabía que en la cena hablarían de fútbol y me estudiaba la liga de cada país, así no quedaba al margen de la conversaci­ón”, deta- lla, como ejemplo de su adaptación a cualquier escenario. Y recuerda divertida una cena en Dubái, en casa de un representa­nte, que reunió a gente de distintas empresas y religiones. “Había judíos, protestant­es, católicos, musulmanes y ortodoxos y me pidieron ‘¡explícanos lo de la Virgen María!’. Vaya situación, yo, que no soy practicant­e...”, se ríe.

No todo fue tan distendido. En una escala en el aeropuerto de Frankfurt la detuvieron, por una burbuja sobre la foto del pasaporte. Tenía 32 años. Y fue una pesadilla de varias horas. “Me encerraron en una celda aislada y blindada, de hormigón. Me hicieron desnudarme, vinieron dos policías con guantes, me deshiciero­n el recogido del pelo. Te sientes tan poca cosa”, relata. Le hicieron fotos de frente y de perfil. Le quitaron el equipaje, vaciaron las cremas y rascaron el cartón que llevaba de muestrario, buscando drogas. La semana anterior había estado en Turquía. Le hicieron las mismas preguntas varias veces, para ver si se contradecí­a. Pero pudo llamar al consulado y a su empresa y al final llegó un fax y se aclaró todo. Y pudo volver a casa.

Entrar en política era, en aquella época, algo inimaginab­le. Aunque su padre había sido concejal independie­nte de CiU en Vilanova del Camí, en las primeras convocator­ias municipale­s, siendo ella una niña. “Recuerdo que me dijo ‘la política es muy complicada, yo me tengo que ganar la vida en mi empresa –de mantenimie­nto industrial– y he tenido algunas decepcione­s’. Mi padre, que falleció hace nueve años, era para mí un maestro de vida y no llegó a saber que yo me dedicaría a la política, no he podido compartir con él nada de todo esto”, lamenta.

En el 2001, al nacer su primer hijo, dejó el trabajo en la empresa papelera y tres años después nació su segunda hija. En total, fueron cinco años los que estuvo apartada de aquel trabajo que había sido el centro de su vida. En su lugar, vendió zapatos en la tienda de su marido, hoy exmarido, en Igualada. “No quería dejar a mis hijos pequeños y volar por el mundo, tenía una dependenci­a física de ellos y estoy muy contenta de haberlo hecho. Pero luego volví a la exportació­n”, detalla. No por mucho tiempo. Al detectarle a su padre un cáncer con mal pronóstico, dejó de viajar.

Trabajó como gerente de la Unió Empresaria­l de l’Anoia, cargo desde el que impulsó junto al doctor Enric Macarulla un centro de innovación en simulación para profesiona­les de la salud. Y en el 2011, Convergènc­ia le propuso sumarse como independie­nte a la lista de Marc Castells, en Igualada. Del 2011 al 2017, con Castells de alcalde, Chacón fue concejal y teniente de alcalde de territorio, comercio e industria. En el 2016 se afilió al PDECat, en el congreso fundaciona­l. Y a partir de ahí, su carrera política cogió velocidad de crucero. Fue directora general de Indústria, cargo desde el que vivió la intervenci­ón de la Generalita­t por el Estado por la aplicación del artículo 155, a finales de octubre. Y, sobre todo, la salida masiva de empresas de Catalunya, un asunto que sigue sobre su mesa, ahora en su despacho de consellera de Empresa.

Recorrió Europa del Este y Oriente Medio por trabajo pero el susto se lo llevó en Frankfurt, donde la detuvieron

 ?? XAVIER CERVERA ?? Àngels Chacón, el pasado martes, después de hacer unos largos en la piscina olímpica Bernat Picornell
XAVIER CERVERA Àngels Chacón, el pasado martes, después de hacer unos largos en la piscina olímpica Bernat Picornell

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