Miles de folletos sobre las restricciones de los patinetes
El Ayuntamiento pone en marcha una campaña informativa sobre las obligaciones que supone circular con este medio de transporte
El patinete eléctrico será uno de los regalos estrella de estas Navidades. Y el Ayuntamiento de Barcelona quiere asegurarse de que quienes no los descambien tengan claro que estos artilugios no son un juguete, sino un medio de transporte sometido a unas normas que se han de respetar. Manuel Valdés, gerente de Movilidad del gobierno de Ada Colau, anunció ayer que la semana que viene el Consistorio repartirá en los comercios más de 80.000 dípticos informativos sobre las obligaciones que comporta el uso de estos vehículos. Los patinetes eléctricos, insistió Valdés, son medios de transporte. “Hay que respetar las normas”, subrayó. Las infracciones están penadas con multas de hasta 500 euros. Este año la Guardia Urbana ya puso unas 3.000 multas al respecto, sobre todo a particulares y, en menor medida, a empresas de alquiler. Estas denuncias se vienen incrementando desde abril.
Segways, patinetes eléctricos, una suerte de rueda la mar de futurista con dos soportes para los pies... El Ayuntamiento aprobó el año pasado una pionera ordenanza destinada a regular la circulación de lo que entonces vino a llamar nuevos vehículos de movilidad personal. Hablamos de una industria que no cesa de sacar al mercado nuevos productos. Algunos sí que son juguetes, para que los chavales se entretengan. Otros pueden alcanzar fácilmente los 40 km/h, sobre todo si uno sabe cómo desactivar el limitador de velocidad. Hace un par de veranos la mayoría de las quejas en torno a estos vehículos estaban relacionados con el uso lúdico que muchos turistas hacían de ellos. Pero poco a poco se convirtieron en medios de transporte muy cotidianos. Hace pocos días se dio a conocer la primera muerte el pasado verano de un peatón en un accidente con un patinete eléctrico. Este suceso está acelerando los trabajos de la dirección general de Tráfico (DGT), que desde hace meses elabora una normativa al respecto. De hecho, lo hace mirando de reojo la de la capital catalana.
La ordenanza barcelonesa es un tanto compleja. Establece una serie de categorías principalmente en función del peso, las dimensiones y la velocidad del vehículo. El objetivo municipal era disponer de un texto que pudiera regular las continuas innovaciones de la poderosa industria del patinete eléctrico. Además, el Ayuntamiento nunca ocultó que otro de sus objetivos era
El Consistorio prevé que estos artilugios eléctricos serán uno de los regalos estrella de estas Navidades
reducir las molestias que generan muchos turistas al tiempo que no desincentivaba el uso de nuevos medios de transporte sostenibles. Sólo de esta manera puede afrontarse la revolución que en estos momentos está viviendo la movilidad urbana. Lo más conveniente es informarse al detalle antes de salir a la calle a estrenar el regalo. Los dípticos que el Ayuntamiento repartirá la semana que viene contienen algunos indicaciones muy relevantes.
El gerente de Movilidad también destacó ayer que las aceras son para los peatones, y el espacio natural del patinete eléctrico es el carril bici. Los pequeños, los considerados de tipo A, pueden circular por los carriles bici, las calles de plataforma única y los parques públicos pequeños, y los patinetes que pueden ir a una velocidad superior a los 20 km/h también se pueden desplazar por calzadas de calles donde la velocidad máxima permitida sea 30 km/h. Además, si el patinete pesa más de 25 kilos, es obligatorio llevar casco, timbre y luz, y si pesa menos pues no es obligatorio, aunque las autoridades recomiendan llevar el casco igualmente en cualquier tipo de patinete. “No son juguetes”.