Pocas damas y muchos vagabundos
Ala duquesa Catalina de Cambridge la baja maternal, tras el nacimiento de su tercer hijo, Luis, le ha coincidido con el despegue de la duquesa Meghan de Sussex, que la ha opacado estos meses de retiro. La rivalidad entre cuñadas no es nueva, de ella se han nutrido las historias familiares y no pocas crónicas cortesanas. Ahora les ha tocado a las respectivas esposas de los príncipes Guillermo y Enrique, de quienes las lenguas viperinas del país del Brexit aseguran que entre ellas se ha abierto un abismo, desde el mismo día de la boda de la exactriz con el pequeño de los Gales. Vete tú a saber, aunque desde que los cotilleos de los tabloides ingleses, en tiempos de
lady Di, acabaron siendo incluso más suaves que la realidad del matrimonio que vivían Carlos y Diana, todo es posible. De momento, una cosa está clara, los Sussex van a dejar su casita en los jardines del palacio de Kensington, que más parecía la del jardinero, para trasladarse, antes de que en primavera nazca su primer hijo, a Frogmore House, una mansión ubicada en los alrededores del castillo de Windsor, a 40 kilómetros de Londres. La casa tiene su historia ya que fue el escenario donde la reina
Victoria se refugió, ya a las puertas de la muerte, con su criado indio Abdul Karim, según se narra en la película Victoria y Abdul, que protagonizan Judi Dench y Ali Fazal.
Para pasión india la que viven
Marta Ortega y su recién estrenado marido Carlos Torretta, cuya luna de miel en India da fe de su poderío. Han podido hacerse una foto ante el Taj Mahal sin turistas, privilegio reservado a reyes y presidentes. Luego se han paseado entre parias desconocedores, sin duda, de que la joven es la heredera del imperio que se nutre del trabajo de los miles de talleres textiles que abundan en aquellos lares.
Marta, que viste prendas de su propia casa y diseños nupciales exclusivos de Valentino, y Carlos, con su sempiterna coleta, parecen, al igual que Nicole Kidman ysu marido, Keith Urban, La dama y el vagabundo.
Pero no todas las parejas que parecen desiguales lo son. El promotor musical Narcís Rebollo, que pertenecía a un mundo distante del de Eugenia Martínez Irujo, ha logrado que la hija menor de la duquesa de Alba saque todos sus demonios y empiece a ser feliz. Sus demoledoras declaraciones sobre
Jesús Aguirre han sido catárticas, y eso que no lo ha contado todo.