El monasterio duplica las visitas desde que llegaron las piezas de Lleida
La llegada de las obras del Museu de Lleida al monasterio de Sijena ha supuesto un revulsivo para el recién estrenado museo, que pasó de los 6.000 visitantes del 2017, cuando albergaba solo las 51 piezas del MNAC, a los 10.000 que lleva en el transcurso de este año con las obras leridanas incluidas en la exposición. “Hemos duplicado la cifra”, explica Jorge Marqueta, gerente de Turismo de Aragón. “Había mucha expectación por parte del público aragonés y también catalán”, detalla. Ahora, en cambio, “la situación se va normalizando y ya no viene tanta gente por el morbo, sino por el interés de las piezas”.
Las visitas, que siempre son guiadas, solo se realizan bajo petición los viernes y sábados en siete turnos y el domingo, en cinco. “Se tiene que compaginar la vida monacal de las monjas con la cultural”, justifica Marqueta antes de añadir que “el objetivo último es enseñar todo el monasterio”.
Con esta finalidad en mente, el Gobierno de Aragón ha redactado un Plan Director que supondrá una intervención en todo el complejo dividido en distintas fases. Para empezar, en el 2019 se destinarán 300.000 euros para restaurar la capilla de la Inmaculada. La siguiente fase, que se redactará el año que viene, ya tiene un presupuesto previsto de 3 millones de euros para adecuar el Palacio de Doña Sancha, donde acabarán ubicadas las obras procedentes del MNAC y el Museu de Lleida.
Mientras, el antiguo dormitorio seguirá albergando el arte procedente de Catalunya a la vez que la sala capitular va ganando protagonismo. El 21 de noviembre se estrenó exponiendo dos nuevas piezas incorporadas a la colección: una cuna de plata del siglo XVII y el relicario de Santa Waldesca. Además, también se ha instalado un óleo de las piezas procedentes de Lleida, un retrato de la Infanta Dulce de Sijena del siglo XVII.