Dembélé brilla con un gol de videojuego ante el Tottenham (1-1)
El francés se resarce con un gol fabuloso y madrugador y el Tottenham sobrevive
Salvó la vida el Tottenham en el Camp Nou, donde el Barcelona no ha perdido en los últimos 29 partidos de Liga de Campeones. Afortunadamente para los spurs, ayer Valverde no necesitaba una victoria imperiosa, con lo que sonó la cara B del Barça en un partido entretenido y con un resultado que no entristece a nadie. El conjunto inglés estuvo provisionalmente eliminado, jugó a remolque pero con paciencia desde que Dembelé abrió el marcador con una obra de arte y logró salir del infierno empatando al final. Después de tres intervenciones prodigiosas, Cillessen no pudo evitar el gol de Moura. Los dos estarán el lunes en el sorteo de los octavos de final, el Barcelona por vigésima vez como campeón de grupo, un registró único. El Inter es el gran damnificado de la jornada.
De acuerdo con lo previsto, Valverde practicó importantes modificaciones en la alineación. Con la primera posición asegurada, diversos titulares se habían ganado el derecho al descanso. Más que un derecho, una obligación en este calendario hipersaturado. Así, Aleñá y el filial Miranda, lateral izquierdo, debutaron en la Liga de Campeones en un partido con dos centrales zurdos, Lenglet y Vermaelen. Paciente y diplomático, el entrenador no quiso echar gasolina al incendio y concedió la titularizad a Dembélé.
Mauricio Pochettino recuperaba a tres futbolistas clave respecto al partido de Wembley por lesión: Eriksen, Dele Alli y Vertonghen. Pero carecía del lateral derecho Trippier y de su sustituto, Aurier, con lo que tuvo que recurrir a la tercera opción, el joven Walker-Peters. Complicada papeleta para este defensa de 21 años –la misma edad que Dembélé–, que quedó atrapado en el miedo escénico.
En plena fase de tanteo, Dembélé arrebató el esférico a Walker-Peters en el centro del campo y emprendió una larga conducción, con un autopase y un recorte en el área sobre Winks para acomodarse el cuero y fulminar a Lloris. No habían transcurrido ni siete minutos. Estuvo madrugador el delantero francés. Y reivindicativo en la celebración. Con el marcador de cara, el Barça profundizó en el plan de paliar la carencia de individualidades con un juego compacto. Arthur escondía el balón y aseguraba la posesión, mientras Aleñá aceleraba las circulaciones, pero faltaba pólvora en el frente, con un Coutinho escaso de confianza y un Munir apático.
El Tottenham no se atrevía a salir de la madriguera. Un gol del PSV al Inter le mantenía vivo, y se dedicó a contemporizar con acelerones muy esporádicos. Cillessen empezó su recital abortando providencialmente
EFICACIA BLAUGRANA El Barça estará el lunes en el sorteo de los octavos, por vigésima vez como campeón de grupo
con el pie en un pulso contra Son, solo ante el portero por obra de un maravilloso pase de Eriksen.
Concluyendo la primera parte Coutinho rompió el hielo y después de una combinación con Munir emprendió su clásica aventura particular en diagonal. Encontró trayectoria de tiro, pero el disparo impactó en el palo izquierdo de Lloris.
En la reanudación, el conjunto de Pochettino salió a ganar terreno. Justo antes de que sonara una gran ovación en el Camp Nou, coincidiendo con el inicio del calentamiento de Messi, Cillessen volvió a salvar al Barça con una respuesta sensacional a un remate de Eriksen. Messi ya había entrado en el campo por Munir, pero no era esa la preocupación de Pochettino, sino el gol de Icardi para el Inter, que implicaba provisionalmente la eliminación del Tottenham. Así que el técnico argentino decidió arriesgar con cambios ofensivos. No resultó de ello un ataque kamikaze, aunque las oportunidades londinenses se sucedieron. De nuevo Cillessen desbarató una enorme oportunidad inglesa, un testarazo de Lucas Moura en boca de gol.
La réplica de Coutinho volvió a morir en el palo. El Tottehham ya no tenía tiempo de protegerse. Sus miles de seguidores sudaban de incertidumbre en la grada toda la cerveza ingerida. Tuvieron su alegría en un desajuste entre Lenglet y Semedo que habilitó para el centro a Kane y para el remate inapelable a Moura. Imposible para Cillessen obrar un cuarto milagro. Señaló el final el colegiado, pero la grada spur se mantuvo en angustioso silencio. Hasta que terminó el partido de San Siro. Entonces, sí. Los cánticos atronaron, y Pochettino salió al centro del campo a saludar.