Europa niega a Theresa May el auxilio que pide para salvarse
Merkel y Bruselas rechazan retocar el pacto del Brexit, pero ofrecen colaboración
Una gira a la desesperada con paradas en La Haya, Berlín y Bruselas concluyó ayer sin éxito para la primera ministra británica, Theresa May. Ni la canciller Angela Merkel y ni el Consejo ni la Comisión Europea aceptan retocar el acuerdo del Brexit, aunque sí se ofrecieron a aclararlo.
La Haya, Berlín y Bruselas. Este fue el recorrido que realizó ayer la primera ministra británica, Theresa May, en un intento desesperado de arrancar alguna concesión a los 27 para hacer más digerible el acuerdo del Brexit a sus parlamentarios. Desayuno con el holandés Mark Rutte, que teme los efectos de un Brexit duro; almuerzo con Angela Merkel, que sigue mandando mucho; y un té con Donald Tusk y Jean-Claude Juncker, los que gestionan la negociación.
Desayuno, almuerzo y té en una gira continental que puede resultar indigesta para la primera ministra porque el mensaje de sus interlocutores fue claro. Buenas palabras y ganas de ayudar pero el acuerdo de retirada no se toca. Es lo que mantienen tanto la canciller alemana, como los presidentes del Consejo y de la Comisión.
El primero que habló ayer fue Jean-Claude Juncker que, ya antes de las reuniones, volvió a marcar las líneas rojas de los 27: no se renegociarán los pactos. “El acuerdo al que llegamos es el mejor posible, el único posible…. No se reabrirá el acuerdo de retirada”, dijo Juncker ante el Parlamento Europeo. ¿Qué margen queda entonces? Para Juncker, se pueden ofrecer aclaraciones e interpretaciones: “No hay espacio para renegociar; sin embargo, si se usa de manera inteligente, hay espacio suficiente para brindar más aclaraciones y otras interpretaciones sin abrir de nuevo el pacto”.
Traducido, lo que de momento está dispuesta a ofrecer la UE son clarificaciones en algún formato no legalmente vinculante y, por supuesto, siempre que no entren en contradicción con lo ya firmado. En la misma idea insistió el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que vía tuit informó de que había mantenido “una larga y franca discusión con May… Es evidente que los 27 queremos ayudar. La cuestión es cómo”.
Por su parte, May dijo que había venido a buscar garantías de los líderes europeos respecto a la solución para la frontera irlandesa y que había encontrado “una determinación común de lidiar con este tema y solucionar el problema”. En declaraciones a la televisión británica, no quiso indicar cómo lo intentarán porque “estamos sólo al principio de las negociaciones y al principio de las discusiones. Muy lejos queda lo que ofrecen los 27 de las pretensiones británicas, que piden garantías jurídicamente vinculantes de no quedar “atrapados permanentemente en el backstop”, según dijo el ministro británico del Brexit, Stephen Barclay, ayer en Bruselas.
Se refiere a la solución para la frontera irlandesa, que fue el tema que más esfuerzos ocupó en los 18 meses que duraron las negociaciones y también el que hizo descarrilar la ratificación en el Parlamento británico.
Tal como están las cosas, muchos británicos temen quedar dentro de una unión aduanera con los 27 por tiempo indefinido, sin que por sí solos puedan elegir el momento abandonarla. Saben que mientras estén en la unión aduanera no podrán negociar acuerdos comerciales con terceros países, lo que consideran un recorte inaceptable de su soberanía cuando, precisamente, lo que buscaban con el Brexit era recuperar la autonomía supuestamente secuestrada por Bruselas. Por tanto, quieren fijar un límite temporal a esta unión aduanera.
La jornada continental de May empezó en La Haya con una reunión de una hora con el primer
UNA DE CAL...
“El acuerdo de retirada es el mejor, el único posible, no se reabrirá”, dice Juncker
...Y OTRA DE ARENA
“Es evidente que los 27 queremos ayudar; la cuestión es cómo”, indica Donald Tusk
ministro holandés, Mark Rutte. “Un diálogo útil en el que hemos discutido los últimos acontecimientos del Brexit”, comentó Rutte en un escueto mensaje a través de las redes sociales. Anteriormente, el ministro de Asuntos Exteriores, Stef Blok, había avisado que “ya se ha dicho todo sobre la frontera con Irlanda”, pero que “un café no se le puede negar a nadie, habrá que ver con qué propuestas llega”. Holanda es uno de los países que resultará más afectado por la salida del Reino Unido, más aún si es sin acuerdo. Además de perder un aliado tradicional en política comercial, su tribunal de cuentas calculó que un Brexit duro le costaría 2.300 millones de euros en gastos extra.
Todos perderían con una salida brusca, España especialmente. Es uno de los países que mantiene una relación más estrecha con el Reino Unido, tanto por el número de residentes, como por el flujo turístico y las inversiones. “Nadie quiere una ruptura sin acuerdo –dijo el secretario de Estado para la UE, Marco Aguiriano, en Bruselas–; de momento, (el Reino Unido) pide aclaraciones, y la línea de Donald Tusk y JeanClaude Juncker es muy clara, no se toca el acuerdo de retirada”. No quiso entrar a comentar qué es lo que solicita exactamente el Reino Unido porque “aún no está encima de la mesa”, lo están explicando bilateralmente.
Mientras, de Berlín llegó el aviso de Angela Merkel de que “no hay posibilidades” de modificar el acuerdo. Según algunas fuentes, la canciller lo indicó en una reunión con su grupo parlamentario, apuntando que, a pesar de ello, se harían esfuerzos para ayudar a May y que confiaba que una solución es aún posible.
Hay varios formatos para intentar ofrecer una solución a Londres. La posibilidad de modificar el acuerdo de retirada queda excluida vistas las primeras reacciones de los 27. No dejan opción a plantearlo. Una segunda fórmula sería modificar la declaración política, que encauza las futuras relaciones. Muy difícil se aventura entrar en ese texto. Recordemos que España, en su problema de última hora con Gibraltar, no consiguió reabrirlo y tuvo que conformarse con declaraciones al margen. Y este puede ser, precisamente, el camino más posibilista, una declaración incluida o no en las conclusiones de la cumbre de mañana. Pero, si este es un posible formato, quedará lo más difícil, el contenido. Porque lo que los 27 denominan “clarificaciones”, pueden quedarse muy cortas en su objetivo de convencer a los diputados británicos.