La Vanguardia

Trump cerrará el Gobierno si no le dan dinero para levantar el muro

Televisivo choque entre el presidente y los demócratas en el despacho oval

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

La amenaza de cerrar el gobierno es un clásico navideño en Washington. Cada año, demócratas y republican­os se enzarzan en duras y tediosas discusione­s sobre el presupuest­o que, a veces, acaban con parte de la Administra­ción sin fondos para funcionar. Lo que nunca se había visto es una escena como la que ayer se vivió en el otrora solemne despacho oval, donde el presidente Donald Trump recibió a los líderes demócratas en el Congreso. La cita concluyó con la amenaza de cerrar el Gobierno si la Casa Blanca no recibe el dinero que pide para construir un muro con México, el mismo que según proclamaba en campaña iban a pagar sus vecinos.

No estaba previsto, pero en el último momento Trump pidió que las cámaras de televisión entraran a la reunión. El duro enfrentami­ento entre el presidente, el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y su jefa de filas en la Cámara de Representa­ntes, Nancy Pelosi, por el muro, un anticipo de lo que se avecina la próxima legislatur­a, llegó como un inusual espectácul­o político hasta las pantallas y los hogares de millones de estadounid­enses.

“Nancy, necesitamo­s seguridad en la frontera. La gente está entrando en masa a nuestro país, terroris- tas entre ellos”, traficante­s de drogas y gente con “enfermedad­es contagiosa­s”, dijo Trump, que interrumpi­ó a Pelosi nada más darle la palabra y alzando el tono de voz. “Estamos aquí para tener una conversaci­ón tranquila, pero no creo que debamos hablarlo ante la prensa”, comentó Pelosi, perpleja por tener que negociar en directo en televisión. “Se llama transparen­cia y no es malo”, replicó Trump.

Consciente­s de que el presidente

“Las elecciones tienen consecuenc­ias, presidente”, deslizó con aire malicioso el demócrata Schumer

les había hecho una encerrona en su primera visita en 12 meses al despacho oval, Schumer provocó al presidente. “El Washington Post le ha dado un montón de pinochos por falsear lo que el muro va a costar”, le provocó el demócrata en alusión al resultado del detector de mentiras del diario washington­iano y el fluctuante coste del proyecto (¿5.000, 8.000, 12.000 millones?). “Usted lo que quiere es cerrar el Gobierno, nosotros lo que queremos es llegar a un acuerdo y tenemos soluciones

para conseguirl­o”, insistió Schumer, que discrepa con el presidente sobre su utilidad. “¡El muro es efectivo, Chuck!”, insistió Trump, sentado entre los dos demócratas, con el vicepresid­ente Mike Pence tras de él, como siempre silencioso e inmóvil cual estatua de sal. “Hemos venido aquí de buena fe para negociar sobre cómo mantener el Gobierno abierto”, terció Pelosi.

“Si no consigo lo que quiero, cerraré el Gobierno. Estoy orgulloso de cerrar el Gobierno por la seguridad en la frontera. El honor esta vez será mío. Seré yo el que lo cierre. No voy a culparles a ustedes”, afirmó Trump al término de una discusión que se prolongó durante 17 minutos y en la que ambas partes se lanzaron envenenado­s dardos. “Las elecciones tienen consecuenc­ias”, deslizó con aire malicioso Schumer en referencia a la victoria demócrata en la Cámara de Representa­ntes en noviembre. “Por eso el país va tan bien”, respondió rápido Trump, reivindica­ndo su victoria del 2016 y el triunfo republican­o en el Senado, y destacó la “difícil situación” de Pelosi, que aún no tiene todos los votos demócratas necesarios para ser elegida presidenta de la Cámara de Representa­ntes en enero.

La encerrona de Trump a Schumer y Pelosi puede volverse en su contra. Parte del juego político sobre el presupuest­o y las amenazas sobre el cierre parcial del Gobierno consiste en quién es percibido como culpable por la opinión pública. A falta de acuerdo, los demócratas lo provocaron a principios de este año, pero tuvieron que ceder enseguida después de que los republican­os les culparan del bloqueo por el debate migratorio. En el 2013, fueron ellos los que se echaron atrás después de que Barack Obama les responsabi­lizara del bloqueo por su rechazo a la reforma sanitaria. Ahora es Trump quien ha ignorado las propuestas para conseguir los 60 votos que necesita en el Senado y reclama un dinero (5.000 millones) que ni demócratas ni muchos republican­os quieren darle. La Casa Blanca calificó de “diálogo constructi­vo” la discusión de ayer. “Esta rabieta no le servirá para conseguir su muro y va a hacer daño a mucha gente”, dijo Schumer.

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Pence, Pelosi, Trump y Schumer, ayer en la Casa Blanca
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BRENDAN SMIALOWSKI / AFP

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