El Madrid, a octavos con fiasco
Humillante 0-3 en el Bernabeu e ilusión en el Camp Nou, que espera eludir al Liverpool
Aunque el Madrid ya estaba clasificado como primero del grupo G para octavos de la Champions, faltaba el partido contra el CSKA. Parecía un trámite, pero los rusos –que llegaron al Bernabeu como los últimos– se reivindicaron. Su sorprendente victoria de ayer (0-3) les hizo soñar con alcanzar la tercera posición, que les daría acceso a la Liga Europa. Al final, sin embargo, el triunfo sólo les reportó 2,7 millones de euros como equipo ganador, pero no hubo premio de consolación. El 2-1 del Viktoria-Roma otorga a los checos el pasaporte para lo que antes era la Copa de la UEFA.
El CSKA se despide de Europa, a pesar de haber ganado a los blancos en la ida (1-0) y en la vuelta. Tres datos resumen la humillación del Bernabeu: los pitos de la grada, el mal estado de Bale, a quien se volvió a ver muy mermado físicamente y que acabó lesionado, y la pésima imagen global. Uno de los más abucheados fue Isco, que reaccionó a las críticas con un gesto ambiguo, que el público interpretó como un reproche. Tampoco ayudó a mejorar su imagen el hecho de que cuando Marcelo fue sustituido rechazara el brazalete de capitán en favor del canterano Carvajal (a quien al parecer se lo había prometido). El conjunto de Solari carece de ritmo. Se trata de una derrota en casa comparable al 2-4 contra el Bayern de la temporada 1999-2000, el 0-2 contra el Barça (2010-2011) y el 1-3 contra el Juventus (2017-2018).
Cruz para el Madrid. Cara para el Barça. El equipo de Valverde es como esas damas de los salones decimonónicos que anotan en su libreta los bailes comprometidos.
La de los azulgrana estará en blanco hasta el lunes, cuando se realizará el sorteo de octavos en Nyon (Suiza). Es más fácil para los culés saber con quién no bailarán que con quién sí lo harán. El hecho de haber alcanzado el liderato de su grupo permite al Barcelona, como al Madrid, eludir al resto de los líderes. Tampoco se pueden enfrentar a rivales de su mismo país o contra los que ya hayan jugado en la etapa anterior (adiós, Tottenham, que sí se po- drá medir contra el Madrid). Gracias a estas reglas de etiqueta, Messi y el resto del cuerpo de baile ya saben también que han eludido al Oporto y a dos equipos con morbo: el Dormund (donde juega una figura despechada, Alcácer, y es indiscutible que las parejas abandonadas pueden arruinar la mejor celebración) y, sobre todo, el PSG de Neymar (si hay algo peor que una pareja despechada es una pareja que quiere hacer méritos para retomar la relación). Al Barcelona y al Madrid les tocarán los segundos de grupo. El Liverpool, Roma, Schalke, Ajax, Lyon o el United, en el caso del Barça. Los dos ingleses parecen los más difíciles, pero sin menospreciar a los alemanes. Ya lo dijo Lineker: “El fútbol es un deporte que juegan once contra once... y en el que gana Alemania”).
El Atlético, que comenzó el baile con muy buen pie, acabó sufriendo un pisotón. A raíz de su empate ante el Brujas, los atléticos han perdido el liderato y en su condición de segundos esquivan al Tottenham, Liverpool, Schalke y Roma, que también terminaron en el segundo puesto (“el segundo es el primero que pierde”, dicen los antimandamientos del barón de Coubertin). Los de Simeone se las verán con los campeones del resto de los grupos, salvo Madrid y Barça. Anoche hubo duelos eléctricos, como el 3-3 del AjaxBayern. Y duelos intrascendentes. Pero nadie salió al campo como el Madrid, a desgana y con la cabeza en otra parte. Y así no sólo es imposible bailar, sino también andar con elegancia.
DERROTA DOLOROSA El público no perdona a Isco, que soliviantó a la grada con aspavientos y un gesto muy ambiguo