El lector expone
Yo soy yo, y mi móvil
Tenía un móvil antiguo, hace un mes me compré uno con Google y WhatsApp. Ahora pongo una letra para un mensaje y ya sabe a quién le escribo, pongo con y aparecen las tres palabras que con esa sílaba he escrito en este mes, aunque sea consuetudinario. Me levanto y ya me están esperando todas las noticias que me interesan, se han llevado semanas ofreciéndome que me apunte a no sé qué de música, no sé qué de distracción, no sé qué de ocio: como no pico, van desapareciendo y vuelven al ataque con otros temas.
Noticia que abro, aluvión sobre el tema; ya la apertura del ordenador sale con un paisaje que ¡madre mía quién lo pillara!, y nada más atardecer, todos los Tinder del mundo, tres días con rubias, tres con morenas (un día me paré con estas: ya todos los días de ellas), y como saben donde vivo (y hasta por qué calles me muevo), ¡venga información sobre los equipos de mi ciudad! Decía Ortega y Gasset “yo soy yo y mis circunstancias”; estoy viendo que yo ya no soy yo: yo ya soy yo y mi móvil.
De los 193 países del mundo, son democráticos (no le puedo preguntar al móvil porque me tendrán por revolucionario y me ofrecerán desde kaláshnikovs baratos hasta viajes de tournée por Siria) supongo que 150, pero creo que jamás hemos sido menos libres. Nada de la pareja de la Guardia Civil que en los pueblos llevaba la vida de todos los vecinos; nada de los confesores que se sabían los pecaditos de las beatas; nada de la social, la secreta o el KGB.
Pongo una m y al momento salen Mamá, Manolo y Mariana: ¿hay quien me conozca mejor?, ¿hay quien me pueda reconducir con más éxito? MANUEL ALFONSO RINCÓN PALACIOS
Sevilla