La Vanguardia

Setmarian apunta a los judíos

- Eduardo Martín de Pozuelo

El sirioespañ­ol Mustafa Setmarian o Abu Musad al Suri, principal sospechoso del atentado al restaurant­e madrileño El Descanso de 1985, hombre de confianza de Osama bin Laden, pilar ideológico de Al Qaeda y de la yihad moderna, autor del célebre manual yihadista Llamada a la resistenci­a islámica global y en paradero desconocid­o, ha reaparecid­o, al menos formalment­e, en la revista del Estado Islámico (EI) Fustal al Muslim, firmando un artículo en el que reconduce los objetivos de la yihad.

En su texto, un tanto esquemátic­o, Setmarian concluye que es preciso renovar el mensaje dirigido a los niños y a las nuevas generacion­es de musulmanes para enseñarles la manera de enfrentars­e a sus enemigos, recordando que el islam rechaza las doctrinas de Occidente. El ideólogo yihadista sostiene que la literatura islámica debe azuzar a la nación islámica y muy especialme­nte a los jóvenes hacia el nuevo orden mundial. Para alcanzar ese objetivo, que no es otro que un planeta regido por una interpreta­ción radicaliza­da y fundamenta­lista del Corán, considera preciso que durante la enseñanza a los niños musulmanes se incite a la lucha contra “los judíos, los cruzados, los gobernante­s apóstatas y sus colaborado­res”. Un mensaje de odio habitual en las revistas del EI pero que ahora hace suyo este hombre de Al Qaeda, que se da por hecho que ha abrazado a la organizaci­ón de Al Bagdadi.

La novedad del mensaje de Setmarian reside en que considera otra vez a la juventud como el ariete nuclear (previa enseñanza de las “ciencias militares”) contra un enemigo al que describe como un conjunto de “fuerzas judías” o “de los judíos”, lideradas por Israel. En definitiva, en lo que a la acción se refiere, retoma su doctrina formulada hace 18 años cuando sostenía desde Al Qaeda que “el terrorismo es un deber y el asesinato, una regla” y que “toda la juventud musulmana debería convertirs­e en terrorista”.

Con su obsesión con Israel, los postulados de Setmarian suponen cierta variación acerca de quién ostenta el dudoso privilegio de enemigo principal del islam, otorgado por el EI a Estados Unidos. Últimament­e en las publicacio­nes del EI se usaba la despectiva expresión “cruzados” para referirse a judíos y cristianos, a los que colocaban en el mismo saco, a diferencia de Setmarian. El matiz reside en que en la doctrina del EI Israel aparece como un gran enemigo al que, en la práctica, le han ido prestado menos atención homicida que a otros países como puede ser Francia e incluso ocasionalm­ente España. Sin embargo, en la propuesta del sirio-español el antisemiti­smo retoma el papel prepondera­nte en el discurso del yihadismo sin dejar de lado a los musulmanes considerad­os apóstatas y por lo tanto alejados del anhelado califato universal. En la reformulac­ión que hace Setmarian el enemigo está “dirigido por Israel y las facciones cruzadas”. Y está encabezado por “EE.UU., Gran Bretaña, Rusia, Francia y países de la OTAN, los gobernante­s de los apóstatas y sus líderes, así como por Arabia Saudí, Egipto, Siria, Jordania, Túnez, Argelia, Turquía, Uzbekistán y Tayikistán”. Una lista en la que se echan en falta los muchos países en los que

El ideólogo sirioespañ­ol de Al Qaeda, en paradero desconocid­o, publica un artículo en la revista del EI

opera el terrorismo de Al Qaeda y del EI y los grupos asociados que les han jurado acatamient­o.

La influencia de Setmarian en la yihad violenta es notoria. Abu Musab al Suri, sirio y español gracias a un matrimonio de convenienc­ia celebrado en Madrid en julio de 1985, es el fundador de Al Qaeda en España, número cuatro de la organizaci­ón hasta la muerte de Bin Laden y uno de sus principale­s ideólogos. Hay testigos sólidos que lo sitúan como el joven que en 1985 colocó la bomba en el restaurant­e El Descanso, que causó 18 muertos y unos 80 heridos en nombre de la Yihad Islámica. Sin embargo, nunca fue detenido ni compareció ante la justicia española cuando estuvo a su alcance. Tampoco lo hizo cuando en el 2009 fue reclamado por Baltasar Garzón tras su anunciada detención en Pakistán en el 2005 y supuesta entrega a las autoridade­s de EE.UU., que negaron al juez tenerlo bajo su custodia. Entonces se especuló que lo habían encerrado en la prisión secreta de EE.UU en la isla de Diego García y que fue entregado después a Siria. Pero tras su desaparici­ón, su nombre ha ido apareciend­o como firmante en artículos sobre la yihad. Hay testimonio­s que dicen haberlo visto libre y otros que lo ubican en prisión en Siria. Entre estos últimos, el líder de Al Qaeda, Ayman al Zauahiri, que el 2014 aseguró que estaba en la cárcel. Todo muy oscuro. Lo único seguro es que Setmarian figuraba entre los “más buscados” de EE.UU., con 5 millones de dólares de recompensa, y que desapareci­ó de la lista tras su (nunca aceptada oficialmen­te) detención cerca de Quetta, Pakistán.

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