Epopeya bajo el mar
Aquaman
Dirección: James Wan Intérpretes: Jason Momoa, Amber Heard, Willem Dafoe, Patrick Wilson
Prod.: EE.UU.-Australia, 2018. Dur.: 143 min. Fantasía
Esta semana se libra un pulso histórico: el mismo día, hoy viernes, se estrenan una película de superhéroes facturada por la Marvel, Spider-man: Un nuevo universo, más abajo reseñada, y otra película de superhéroes con el sello DC, Aquaman. Superhéroe del fondo del mar, hijo de un humano y una criatura mitológica oceánica, Aquaman compareció en una escena poscréditos de Batman v Superman, tuvo un papel destacado en Liga de la Justicia y ahora cuenta con este largometraje ya enteramente a él consagrado. Como en los títulos más recientes de la casa (Wonder Woman, por ejemplo), la película de James Wan está completamente desprovista de trascendencia, alterna con jovial alegría el humor y la acción y, casi un milagro, no llega a hacerse pesada ni siquiera en el consuetudinario enfrentamiento del clímax final. El prólogo, algo así como una comedia de sirenita fuera del agua que da cuenta del nacimiento del héroe, es excelente.
Por supuesto, la mayoría de escenas son subacuáticas. Algunas tienen vigor y nervio, otras se dejan llevar por un diseño visual de belleza más bien discutible (el Reino de Atlantis, sobrecargado de colorines) y las mejores (submarinos, bestias fantásticas…) tienen gratos ecos de Verne. Sin embargo, los momentos más logrados acaecen en tierra: la secuencia que transcurre en las dunas del Sáhara, con aroma de Indiana Jones, y la siguiente, en un pueblecito de Sicilia, trepidante y modélicamente ejecutada, en la onda del Spielberg de Las aventuras de Tintín. Un entretenimiento más digestivo de lo que cabía esperar. /