Bilingües no es hablar como nativos
“Hay muchas falsas expectativas sobre lo que significa ser bilingüe, sobre todo entre las familias, que llevan a los niños a centros de educación bilingüe pensando que saldrán hablando como un estudiante de Liverpool”, afirma Rubén Chacón, director del congreso Lengua y Sociedad y coordinador del máster de Lingüística Inglesa Aplicada de la Uned. “Ser bilingüe no quiere decir tener la misma competencia en dos lenguas; para ser realistas, deberíamos interpretarlo como que los jóvenes acaben su educación pudiendo mantener una conversación fluida en la lengua extranjera y se manejen en ella sin miedos ni ansiedad”, dice Ana Llinares. Y anima a desterrar la idea de hablar inglés como un nativo. “¿Por qué es tan importante hablar como un británico si quizá trabajarás con una empresa de India o compartirás proyecto con unos holandeses?”, enfatiza. Ana M. Pérez-Cabello cree que lo importante es que los niños aprendan a desenvolverse en inglés en su día a día, para lo que reivindica una mayor inmersión y que en los centros se hable en inglés en clase, pero también en los patios, con el personal administrativo, con el de limpieza... Y que los profesores que imparten materias en inglés se centren primero en el aspecto oral y luego en los textos, como se aprende la lengua materna. Chacón alerta de que la fuerte inversión que los padres hacen en la formación en inglés de sus hijos –no sólo al elegir escuela sino también a través de viajes, clases particulares, etcétera– no se evalúa y puede estar falseando los resultados de los programas de educación bilingüe. Con todo, Francisco Lorenzo apunta que uno de efectos beneficiosos que ha detectado en su investigación es que los centros bilingües neutralizan en mayor medida los factores socioculturales: en ellos el éxito educativo está menos condicionado por el nivel económico o educativo de los padres.