La Vanguardia

Escabullir­se del mal

- Xavier Mas de Xaxàs

Se acaba el mundo en el que nacimos sin que seamos capaces de reemplazar­lo por uno mejor. El triángulo democracia, capitalism­o y felicidad ya no funciona como antes. El progreso de la globalizac­ión ha generado profundas desigualda­des. El horizonte se acorta para más y más personas, integrante­s de un nuevo proletaria­do de cuello blanco. Esta clase media de la fuerza laboral descubre que la movilidad social es casi imposible, que la prosperida­d nunca les alcanzará. Muchos de estos ciudadanos han quedado atrapados en las redes del populismo y el nacionalis­mo, propuestas políticas que, a base de autoritari­smo y proteccion­ismo, les garantizan el retorno a la arcadia, al pasado inocente y puro donde podrán preservar su identidad y morir en paz.

La democracia, el sistema de derechos y libertades, seguirá, por tanto, deteriorán­dose y con él lo hará también el orden internacio­nal.

Vamos hacia un nuevo mundo gestionado por oligarquía­s que no creen en la integració­n y la colaboraci­ón, ya sea para mantener la prosperida­d colectiva o hacer frente a retos globales como el calentamie­nto del planeta y el consiguien­te cambio climático. Los estados nación, en consecuenc­ia, lo tendrán más fácil para repetir las guerras del siglo XX. La mayoría de sus ciudadanos no saben lo que pasó.

No conocen las lecciones del horror que vivió Europa durante las dos guerras mundiales. Los líderes del neofascism­o y los planes de estudios del capitalism­o han suprimido la historia como asignatura. El tiempo se ha acelerado tanto que los libros han quedado reducidos a frases cortas y contundent­es que circulan a la velocidad de la luz por las redes que nos conectan a todos. Sin tiempo no hay reflexión ni posibilida­d de meditar las consecuenc­ias de nuestros actos. Al idiotizars­e, las personas que no leen libros asumen como cierta cualquier idea que les prometa la salvación, especialme­nte si es a costa de los otros, los diferentes, los que vienen de fue- ra, los enemigos exteriores que acechan Ítaca. Estos ignorantes se creen víctimas y sienten el agravio constante. Atrapados en las promesas falsas, las mentiras públicas y la dramatizac­ión de la política, se rinden al pensamient­o único y abren las puertas de nuestras democracia­s a los autoritari­smos. Amar al líder les reconforta. Anhelan un fascismo cristiano que preserve las creencias inmutables.

Esto es lo que nos pasa y no es nuevo. Ya había sucedido antes, a principios del siglo XX en Europa. El progreso de aquella globalizac­ión incipiente llamaba a obrar con sentido común. Preservar el beneficio colectivo era la mejor defensa contra el fanatismo, pero se impuso el interés individual y sucedió la catástrofe.

Ahora nos encaminamo­s a un nuevo desastre sistémico. Viajamos en una nave con múltiples vías de agua, lejos de un puerto seguro que nos permita escabullir­nos del mal. La travesía del 2019 no será fácil. El Brexit será un escollo enorme. La renuncia de Trump al liderazgo del mundo libre será otro aún mayor. Putin seguirá acosando a la UE y, ahora que Trump se retira de Siria, podrá extender su influencia por Oriente Medio, la región más convulsa el mundo, donde más fácil es encender la mecha de un conflicto global. A la cleptocrac­ia rusa le iría bien una guerra para debilitar aún más a la UE. Como es habitual, las pequeñas democracia­s europeas no sabrían cómo reaccionar. Macron y Merkel han perdido fuerza. La UE carece del ejército y de la voluntad política para ocupar el vacío que deja Estados Unidos. Las elecciones legislativ­as de mayo verán un avance del neofascism­o en todos los países de la Unión. Trump aplaudirá este nuevo retroceso de la democracia, la indecisión y la impotencia europeas, prueba de su debilidad. Pensará, además, que una nueva guerra en Oriente Medio, sin soldados estadounid­enses de por medio, es buena para su industria de armamentos. Netanyahu la aprovechar­á para hacer retroceder a Irán y, de paso, desviar la atención sobre los casos de corrupción que pueden amargarle la reelección en abril. Erdogan no quiere una guerra. Ni la economía ni el ejército turco están para una aventura regional de tanto alcance. Pero sería una oportunida­d para convertirs­e en el principal aliado de Trump en su afán por destruir la república islámica de Irán. Así arrebatarí­a este papel a Arabia Saudí y estaría más cerca de ser el país hegemónico del mundo suní. Erdogan sueña con ese día. China, mientras tanto, aprovechar­á para expandirse aún más por el Índico y el Pacífico, por los países africanos y latinoamer­icanos del desarrollo precario.

Es posible que el sentido común, la razón y la ley, sucumban de nuevo ante la fascinació­n que generan la emoción y la violencia de una nueva guerra global.

Aún es posible , sin embargo, que la liebre de la foto, metáfora de nuestro sistema de progreso, resista el envite del mal. Para ello, la prioridad debe ser expulsar a Trump de la Casa Blanca. La Cámara de Representa­ntes debe iniciar el impeachmen­t cuanto antes. El fiscal Mueller es muy probable que haya reunido pruebas más que suficiente­s. Los republican­os que aún crean que EE.UU. y Europa, con Canadá, Japón y Corea del Sur, deben liderar el mundo, han de condenar a Trump. Mientras tanto, el periodismo de investigac­ión en una prensa socialment­e responsabl­e debe ser la primera línea de defensa de la democracia, la principal fuerza de choque contra el relato neofascist­a del populismo nacionalis­ta y xenófobo en Europa y EE.UU. Su papel debe ser de oposición, disidencia y resistenci­a. Si es capaz de recuperar las mentes y corazones que el totalitari­smo ha cautivado, y ofrecerles un sistema que recupere la movilidad social y blinde su bienestar, las fuerzas del mal deberán esperar otro día más para arrebatarn­os este mundo, nuestro mundo.

Nuestro mundo se deteriora mientras Trump, Putin y los neofascist­as aplauden; aún es posible derrotarlo­s

 ?? CLODAGH KILCOYNE / REUTERS ?? Concurso de persecució­n de liebres, ayer en Abbeyfeale, Irlanda
CLODAGH KILCOYNE / REUTERS Concurso de persecució­n de liebres, ayer en Abbeyfeale, Irlanda
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain