Espléndido, agradable y cercano
Una muestra que las cosas sólo se pueden hacer bien amándolas
Ubicado en el hotel Neri, se accede directamente desde la plaza Sant Felip Neri, uno de los rincones más bonitos de Barcelona. También, por la entrada principal del hotel, en la calle Sant Sever.
El sábado pasado comimos por primera vez. No ha sido por displicencia que hayamos tardado un año a ir. Conocemos a Alain Guiard. Es un cocinero lúcido y esplendoroso y nos interesa sobremanera todo lo que culinariamente hace. Pero para hablar de un restaurante no nos mueve la prisa. Hablamos a placer, cuando nos complace. No prioricemos la novedad. Por eso ha pasado ya un año desde que abrió.
Alain Guiard y su jefe de cocina, Bernat Cañellas –dos cocineros que simbolizan la cara más profesional y humana del panorama gastronómico del país–, aprecian la cocina como pocos. Platos como el carpaccio de gamba, lima, limón y estragón –de una expresión visual y gustativa elocuente– el huevo deleitado en su propia cáscara, con parmentier, espuma de foie gras y oca ahumada –plato de un plausible clasicismo gustativo– o la sencilla hogaza con hierbas provenzales y pesto de tomate –obligado, insustituible– lo hacen evidente. La cocina de Alain combina impromptu y sensatez, agradabilidad y concisión. Es una culinaria con toques de Mundana, con un poco más de sutileza y academicismo, y pensada para compartir. Delicada y elegante pero sin pretensión, ausencia que da mucha libertad al cocinero. Y eso, Guiard lo tiene claro.
En la sala, la armonía es próxima y precisa. Un buen restaurante es la suma de pequeños y puntuales pedacitos de coincidencias aparentemente puntuales. Y eso la gente que trabaja con Alain –cocinero que domina su oficio con conocimiento y pasión– también lo tiene claro. Por eso no fallan.
Mientras hablamos con Alain de la suerte que tiene con el equipo de gente que le rodea, y de lo complaciente que se siente colaborando con este pequeño gran hotel, nos adelanta el nuevo y atractivo proyecto que tiene entre manos. Promete mucho.
Mientras tanto, en este agradable rincón de la plaza de San Felip Neri, el savoir faire de Alain, de Cañellas y de Zohair Lazar, como jefe de sala, aporta en esta casa un esplendor agradable y próximo.