La Vanguardia

“Los judíos nos abrimos al mundo para servir a Barcelona”

- XAVIER CERVERA LLUÍS AMIGUET

Tengo 82 años y siempre he sido de los que intentan sumar y nunca dividir. Nací en Melilla: ciudad de cuatro culturas con la judía. Llegué a Barcelona hace 50 años, me casé con una barcelones­a y mis hijos lo son. Tenemos un colegio, nuestro futuro, que educa en cuatro lenguas a niños judíos y no judíos

Quiénes fundaron la Comunidad Judía aquí hace 100 años? En 1918 llegaron a Barcelona desde una comunidad sefardí de Turquía... Entonces en guerra. Los Bassat y fundaron en Barcelona lo que sería nuestra Comunidad Judía. La madre de Lluís Bassat ya nació aquí.

¿La comunidad barcelones­a siempre ha tenido mayoría sefardí?

En principio, sí. También llegaron los Benveniste, sefardíes grecoturco­s y, además, uno de ellos es mi suegro...

Enhorabuen­a.

O los Arditi, los Molho, también de Salónica, que luego se instalaron en la Costa Brava, o los Mordó, todos sefardíes, como los Andik o los Palatchi, que llegaron de Esmirna.

Grandes emprendedo­res: ¿cuándo llegan los primeros asquenazíe­s a Barcelona?

Después de la guerra del 14, y entre ellos Enrique Grebler.

¿Y usted?

Yo vengo de Melilla.

Y Ceuta: grandes comunidade­s judías.

Los sefardíes tendemos al comercio y los asquenazíe­s tienen una vocación más bien industrial, pero bueno, hoy todo está cambiando. Y en ocasiones para bien. En Marruecos, por ejemplo, el rey ha ordenado que se enseñe el Holocausto en las escuelas.

Justo y necesario.

Durante estos cien años, la comunidad y sus miembros aportan toda su visión emprendedo­ra, comercial, industrial y global a la economía catalana y española...

Filomatic, Mango, Pronovias...

Uy, ocuparíamo­s la página con empresas, industrias y marcas, algunas ya multinacio­nales, creadas por nuestros emprendedo­res.

Siempre con visión cosmopolit­a, pero al mismo tiempo con raíces barcelones­as.

Es nuestra vocación: abrirnos al mundo para servir a la comunidad en que estamos.

Es la vía de la prosperida­d compartida.

Y se deja la Danone, hoy potente multinacio­nal, creada por barcelones­es judíos, los Carassó. Danone era el diminutivo con que la familia llamaba a Daniel Carassó. Y también estaban los Botton.

¿Cuándo llegó usted?

Hace 50 años. Había estado en Melilla y en Venezuela, qué pena de país ahora, y me enamoré no sólo de Barcelona, sino de una barcelones­a. Nuestros hijos ya son de aquí.

¿Eran buenos tiempos para ustedes? La verdad es que no sabíamos si el régimen franquista nos aceptaba, nos toleraba... o, en fin, no sabíamos qué haría con nosotros.

Supongo que Washington acabó imponiendo la tolerancia.

Supongo que sí.

¿Ya existía esta sinagoga de Avenir?

Cuando llegué era presidente David Ventura, uno de nuestros grandes prohombres. Todos teníamos en común la Torá. Erigimos un edificio en la calle Indústria y después este de la calle Avenir. Lo ampliamos después y ahora caben más de setecienta­s personas.

¿Se reúnen aquí los sábados?

En muchas fiestas no cabemos. Y leemos el fragmento de la Torá que toque ese sábado. Está dividida en 52 capítulos: uno por semana. Ahí dentro, en la Alianza, tiene usted los textos sagrados.

¿Tienen más locales de reunión?

Tras la guerra llegó a Barcelona otro judío, J. Stern, un ingeniero que no contaba con más capital que su talento. Pero trabajó y prosperó y al morir pudo dejar a la comunidad unos terrenos entre Valldoreix y Sant Cugat maravillos­os.

¿Qué hacen ustedes allí?

Son 10 hectáreas para el deporte, la piscina, el aire libre y también hacemos fiestas. Pero, sobre todo, nuestro gran orgullo y nuestro futuro es nuestro colegio.

Después de los sefardíes de Turquía, Grecia y Marruecos, ¿quiénes llegaron?

Ya le he hablado de los asquenazíe­s, pero en los setenta llegaron los argentinos.

Eran Argentina muy creativos, estaba reformista­s en un mal momento. y abiertos a la novedad y más chocaron conservado­res. con los miembros de la comunidad

No ¿Por le ocultaré qué? que uno de nuestros grandes debates ha sido el matrimonio mixto. Antes casarse con un gentil estaba mal visto.

¿Si me caso con una judía, podría serlo?

Sólo si se convierte antes. Como sabe, es la madre la que transmite el judaísmo, pero, como todo, es interpreta­ble.

¿Se impuso la apertura o la ortodoxia?

Prevaleció el criterio de admitir las conversion­es. Pero cada rabino también puede tener su criterio. Mi nuera catalana es judía conversa.

¿Su colegio, Hatikva, enseña hebreo?

Fue una visión del añorado David Melul. Enseñamos en cuatro idiomas a 310 niños, de los que casi un tercio no son judíos.

¿Más que el de Madrid?

Allí tuvieron a Isaac Salama, que tenía entrada libre en el Pardo muchos años, pero aquí fundamos el cole antes. Hoy los judíos que llegan a España suelen empezar por ir a Madrid...

¿Y...?

...Hasta que descubren Barcelona y lo bien que vivimos aquí, una gran ciudad y discreta para los negocios. Entonces, empiezan a venir más y más por aquí y se quedan.

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