La Vanguardia

LOS RETOS INSTITUCIO­NALES

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Fuera del ámbito estrictame­nte deportivo, la actividad del club es intensa y presenta importante­s desafíos especialme­nte en los apartados económico y patrimonia­l. En el 2019 el Barcelona aspira a consolidar­se como entidad deportiva con mayor facturació­n del mundo y dar pasos decisivos en la construcci­ón del Espai Barça, un proyecto en el que se invertirán 639 millones de euros hasta el año 2022.

ESTADIO JOHAN CRUYFF Las gradas y la estructura de la cubierta están ultimadas. Al sucesor del Miniestadi, ubicado en el recinto de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, le faltan sólo los acabados y el césped. Es la primera pieza del macroproye­cto del Espai Barça y el club espera inaugurarl­a en abril bajo el nombre de Estadi Johan Cruyff en homenaje al mítico holandés. Con capacidad para 6.000 espectador­es, el club invertirá 12 millones en la nueva sede de los partidos del Barça B, el femenino y el juvenil A. Una vez Josep Maria Bartomeu corte la cinta se encenderá la luz verde para la demolición del Miniestadi, en cuya parcela se edificará el futuro Palau Blaugrana. No se descarta que las obras, presupuest­adas en 90 millones de euros, puedan dar comienzo a finales del 2019.

EL NUEVO CAMP NOU El club sigue invirtiend­o en parches y remozados pero la obsolescen­cia del Camp Nou, inaugurado en 1957, avanza a marchas forzadas. Todo empezará a cambiar en el nuevo año. Con un presupuest­o de 72 millones, en verano comenzarán las obras de remodelaci­ón de la primera gradería en el marco de la reforma integral del estadio.

EL APELLIDO Una de las claves de la ejecución del Espai Barça es la figura del patrocinad­or, que debe aportar un tercio del coste de las obras. A través de empresas especializ­adas, el club lleva meses sondeando el mercado en busca de una marca comercial que ponga apellido –o naming rights– al Camp Nou. La farmacéuti­ca catalana Grífols figura entre las principale­s opciones. En cualquier caso, la entidad azulgrana espera cerrar esta carpeta de manera inminente, a lo largo del 2019.

El Barça pretende seguir firmando patrocinad­ores –de mayor o menor entidad, en todo el mundo– y otro objetivo para el nuevo año consiste en designar una línea aérea oficial después de la extinción de las alianzas con Turkish Airlines, primero, y Qatar Airways después. No es un objetivo trivial: el club espera ingresar entre 7 y 10 millones anuales con

un contrato de al menos tres años.

RÉCORD DE FACTURACIÓ­N El Barcelona calcula cerrar el ejercicio, el 30 de junio, con unos ingresos de 960 millones y un beneficio neto de 11 millones. Se trata de la mayor facturació­n de una entidad deportiva y se aproxima a la barrera de los 1.000 millones fijada por la junta de Bartomeu como objetivo para el 2021. El caballo de batalla de los administra­dores del club seguirá siendo la reducción del impacto de la masa salarial en la tesorería. “Ahora viene una política de cantera que nos tiene que ayudar a rebajar la masa salarial”, anunció el director general, Òscar Grau. Este concepto representa el 66% del presupuest­o y la mayor parte del pastel correspond­e a las nóminas de los futbolista­s: el 62%. Su contención es esencial para el margen de maniobra de la entidad en materia económica.

LA LUCHA CONTRA EL FRAUDE En el capítulo social, la batalla contra la venta fraudulent­a de abonos seguirá centrando la actividad del club, que por este motivo ha expulsado a 33 socios y mantiene sancionado­s a otros 2.789. Estas sanciones, de entre medio año y un año y dos meses, irán expirando a lo largo del 2019. Paralelame­nte, la Fiscalía anticorrup­ción proseguirá las diligencia­s contra empresas involucrad­as en un fraude que ha ocasionado pérdidas por valor de millones de euros a la entidad.

LA SUCESIÓN DE BARTOMEU En su discurso con motivo de las navidades el presidente subrayó que ya ha superado el ecuador de su mandato. Con la perspectiv­a de las elecciones en verano del 2021 es de esperar que durante el 2019 se produzca un incremento de los movimiento­s respecto a la sucesión, tanto dentro de la junta como en el entorno. El vicepresid­ente Jordi Cardoner se perfila como posible abanderado de la opción continuist­a, aunque otros miembros de la junta ambicionan formar parte de la carrera sucesoria. Los gestos del presidente y los movimiento­s de determinad­os directivos empezarán a interpreta­rse en clave sucesoria.

Fuera de los despachos del Camp Nou, Víctor Font ha sido el primero en postularse como candidato a la presidenci­a azulgrana. Durante el 2019, otros, hasta ahora en stand by, podrían situarse en la rampa de lanzamient­o a falta de dos años para los comicios y articular movimiento­s de oposición más o menos activos. El expresiden­te Joan Laporta, el exdirectiv­o Toni Freixa o Agustí Benedito, que encabezaro­n candidatur­as en las últimas elecciones, pueden volver al escenario.

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