La Vanguardia

Bolsonaro toma el mando bajo el lema populista “Brasil por encima de todo”

El nuevo presidente brasileño aplicará con mano dura su programa de ultraderec­ha

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Jair Bolsonaro tomó ayer posesión de su cargo de presidente del segundo país más poblado de América con un gobierno militariza­do –con siete miembros de las fuerzas armadas– y un programa ultraliber­al en lo económico y muy conservado­r en lo social. Una de sus primeras medidas prometidas por Bolsonaro es garantizar la posesión de armas de fuego al ciudadano. En su primer discurso como presidente ya emuló algunos eslóganes empleados por otros líderes populistas como Donald Trump: “Brasil y Dios por encima de todo”.

La ultraderec­ha militarist­a gobierna desde ayer el segundo país más poblado de América después de Estados Unidos y el tercero más extenso tras Canadá y EE.UU. La toma de posesión de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil no es una anécdota ni hay señales de que el nuevo mandatario se desdiga de sus controvert­idas promesas de campaña. Al contrario, el perfil de sus ministros apunta a convertir al gigante sudamerica­no en el país más ultraliber­al del continente, en lo económico, y más conservado­r en lo social. Este militar en la reserva, populista de derecha de 63 años, no reniega de sus polémicas actitudes machistas, neofascist­as o integrista­s y está dispuesto a no defraudar al 55% de los brasileños que apostaron por la mano dura y la ruptura con los políticos tradiciona­les en las elecciones de octubre pasado, donde Bolsonaro se impuso en segunda vuelta al candidato del desprestig­iado Partido de los Trabajador­es (PT), Fernando Haddad.

Ayer, al tomar posesión del cargo, durante una ceremonia solemne en el Parlamento de Brasilia, Bolsonaro prometió rescatar a Brasil “de la corrupción, el crimen, la irresponsa­bilidad económica y la sumisión ideológica”. Esta frase encierra buena parte de su programa y su ideología.

A los “buenos ciudadanos” les garantizó que tendrán acceso sin problemas a las armas de fuego para “su legítima defensa”. A la policía, por su parte, le prometió “apoyo judicial” para hacer su trabajo.

Oenegés como Amnistía Internacio­nal o Human Rights Watch creen que ahora la policía podrá ser juzgada al margen del sistema judicial lo que aumentará su impunidad. Temen más ejecucione­s extrajudic­iales y ataques violentos contra las minorías. El líder ultraderec­hista ganó las elecciones gracias a encendidas proclamas contra los delincuent­es y el narcotráfi­co de las favelas. El 2018 se cerró con 63.000 muertos, cifra que muchos temen que aumente este 2019 si hay más armas en circulació­n. BolsonaEl ro invocó a Dios durante varios pasajes de su discurso de investidur­a y dejó claro su apego por “la tradición cristiana”. Su reconocida homofobia se plasmará en una nueva ley de educación que combata “la ideología de género” en las escuelas. Dijo también que su objetivo es “preparar a los niños para el mercado laboral, no para la militancia política”.

Bolsonaro, que inició su carrera a la presidenci­a con un mensaje nacionalis­ta y proteccion­ista, se ha rendido ahora al libre mercado. Su ministro de Economía será un neoliberal de la escuela de Chicago, Paulo Guedes, partidario de minimizar el Estado apostando por privatizac­iones –incluida una parte de Petrobras- y recortes del gasto público con un programa ortodoxo. Esto significa que el Estado gastará menos en programas sociales a pesar de que Brasil es uno de los países con mayor desigualda­d del mundo.

nuevo presidente ordenó un impresiona­nte dispositiv­o de seguridad para su toma de posesión. En Brasilia no faltaron los tanques ni los antiaéreos. Sus hijos, que también son políticos, argumentar­on que “los radicales” podían volver a atentar contra su vida, después de que un hombre le apuñalara en el abdomen durante un mitin. El cuchillo le perforó el intestino, sufrió una colestomía y desde entonces lleva una bolsa recolector­a.

A la toma de posesión asistieron una docena de jefes de Estado, entre ellos los conservado­res Sebastián Piñera (Chile) e Iván Duque (Colombia) y los progresist­as Evo Morales (Bolivia) y Tabaré Vázquez (Uruguay). EE.UU. estuvo representa­do por su secretario de Estado, Mike Pompeo. Trump felicitó a Bolsonaro por un discurso que le es familiar. El nuevo presidente

EL ‘PARTIDO MILITAR’, AL MANDO En primera línea del Gobierno hay siete miembros de las fuerzas armadas

ULTRACATÓL­ICO Y HOMÓFOBO Bolsonaro afirma que luchará contra “la ideología de género” en las escuelas

brasileño puso a “Brasil y Dios por encima de todo”.

El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, lleva días abrazándos­e al nuevo presidente, que ha confirmado que trasladará la embajada a Jerusalén.

El Gobierno español marcó distancias y envió a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y al secretario de Estado de Cooperació­n, Juan Pablo de la Iglesia. La decisión de Pedro Sánchez contrasta con el más alto nivel de la delegación enviada hace un mes a la toma de posesión del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, encabezada por el rey Felipe VI y el ministro de Exteriores, Josep Borrell.

En el Ejecutivo de Bolsonaro convergen todas las derechas –económica, militar, religiosa y parlamenta­ria– que le apoyaron en el último tramo de la carrera electoral, cuando las encuestas empezaron a apuntar como favorito a un candidato que hace menos de dos años era visto como un friki por sus habituales salidas de tono y ahora es considerad­o el renovador de la clase política a pesar de llevar casi tres décadas como diputado.

El partido militar llevará el mando. En la primera línea del Gobierno habrá siete miembros de las Fuerzas Armadas, contando a Bolsonaro, un capitán pasado forzosamen­te a la reserva en 1987 tras urdir un plan para poner bombas en cuarteles como protesta ante los bajos salarios castrenses. El vicepresid­ente será el general Hamilton Mourao y otros cinco militares ocuparán ministerio­s.

La religión tendrá más influencia que nunca. Aunque Bolsonaro se declara católico, en el 2016 fue bautizado en el río Jordán por el líder de una iglesia neopenteco­stal. En el Gabinete convivirán ultracatól­icos con evangélico­s, lo que preocupa a feministas, indígenas y gais, que temen una involución de las políticas progresist­as llevadas a cabo en los trece años de gobierno del PT (2003-2016), cuyo principal factótum, el expresiden­te Luiz Inácio Lula da Silva, cumple condena por corrupción.

Bolsonaro, reputado misógino, incorpora a dos mujeres entre 22 ministros. Ninguna es feminista. La ministra para la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, Damares Alves, es una pastora evangélica que está en contra del aborto, la identidad de género y los matrimonio­s homosexual­es.

El juez del caso Petrobras, Sérgio Moro, será el nuevo ministro de Justicia, una decisión acorde con la lucha anticorrup­ción, otro de los pilares de Bolsonaro, aunque el propio presidente reconoce haberse beneficiad­o indirectam­ente de la corrupción en su carrera política.

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RICARDO MORAES / REUTERS Fuertes medidas de seguridad.Miles de personas siguieron el cortejo presidenci­al de Bolsonaro, acompañado de su esposa
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ANTONIO LACERDA / EFE Bolsonaro recorrió la principal avenida de Brasilia en un Rolls-Royce descapotab­le, escoltado por caballos a los que les costó mantener la formación

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