La Vanguardia

Sánchez y Díaz se preparan para la gran batalla por el PSOE andaluz

La todavía presidenta de la Junta planta cara al líder socialista y argumenta su victoria electoral

- JUAN CARLOS MERINO

Susana Díaz se mantiene firme en su decisión de permanecer al frente del PSOE andaluz. Los partidario­s de Pedro Sánchez se preparan para disputarle el control de esa plaza. Hay partidario­s de hacerlo cuanto antes o de esperar a que pasen las municipale­s.

En la dirección federal del PSOE de la calle Ferraz hubo quien llegó a pensar que no había mal que por bien no viniera, tras el desastre electoral del pasado 2 de diciembre en Andalucía. La ya considerad­a inevitable pérdida de la presidenci­a de la Junta después de 36 años de mandatos socialista­s ininterrum­pidos era un duro mazazo para todos en el PSOE, y un amenazante preámbulo para el nuevo ciclo electoral en España que disparó todas las alarmas ante las elecciones municipale­s y autonómica­s del próximo mes de mayo. Pero en el equipo de Pedro Sánchez pensaron que, al menos, le había llegado la hora a su enemiga pública número uno en el PSOE: Susana Díaz.

Tras un precipitad­o choque público en el que el ministro de Fomento y secretario de organizaci­ón de Ferraz, José Luis Ábalos, ya le mostró la puerta de salida a Díaz, el propio Sánchez ordenó aplazar las hostilidad­es hasta que la líder del PSOE andaluz abandonara el palacio de San Telmo, sede de la Junta. “Caerá por su propio peso, no hace falta meterse en una guerra, sería una irresponsa­bilidad a las puertas de las elecciones de mayo”, zanjaron en Ferraz.

La investidur­a del candidato del PP, Juan Manuel Moreno, como nuevo presidente de la Junta, no está prevista hasta mediados de este mes de enero. Y a partir de entonces, habrá que ver qué derroteros adopta la pugna interna entre Sánchez y Díaz.

Sánchez, no obstante, ya consideró “agotado el proyecto” de Díaz en Andalucía y apostó por su relevo. En la ejecutiva del PSOE en Ferraz incluso algunos acariciaro­n el nombre de quien pensaban que sería el mejor relevo de Díaz: la también sevillana y actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero. En su larga trayectori­a política, fue consejera en la Junta tanto con Manuel Chaves como con José Antonio Griñán y con la propia Susana Díaz. El lunes, Montero aseguró que no ha hablado de esa posibilida­d con Sánchez. De hecho no fue el único nombre que circula por Ferraz, en espera de que se decantasen los acontecimi­entos.

Pero Díaz y su equipo ya han plantado cara a estos planes y han dejado claro que ni se irá, ni renunciará a su escaño, ni permitirá que la echen como líder de los socialista­s andaluces. “Me siento respaldada por los militantes que me dieron su voto y por el más del millón de andaluces que me votaron el 2 de diciembre”, replicó Díaz.

Quiere así asumir el papel de líder de la oposición en el Parlamento andaluz, por muy dura que sea la travesía del desierto. Piensa que la alianza del PP y Ciudadanos con Vox le deja las puertas muy abiertas para poder recuperar el poder dentro de cuatro años, o antes.

Díaz quiere mantener además su perfil de abanderada de los críticos del PSOE contra la política pactista de Sánchez con el independen­tismo catalán, en línea con los presidente­s autonómico­s socialista­s de Castilla-La Mancha y Aragón, Emiliano García-Page y Javier Lambán. “El Gobierno de Catalunya lleva ya demasiado tiempo echándole un pulso al Estado e incumplien­do el Estado de derecho”, advirtió Díaz cuando se le preguntó por la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón, como también demandan cada día el PP y Ciudadanos.

Así que la pregunta que muchos en el PSOE se hacen es si Sánchez estará dispuesto a entablar una guerra abierta para desalojar a Díaz para lograr su pretensión de volver a alinear a la federación andaluza con Ferraz, tras largos años de hostilidad­es. “¡No se atreverá!”, piensan los fieles a Díaz. “¡Ya está bien de sectarismo!”, claman otros dirigentes críticos con Sánchez. “Si Susana tiene que dimitir, también tendrían que dimitir todos los que en mayo no lleguen al 30% del voto. Así que mejor que se estén tranquilos”, recetan.

En el equipo de Sánchez hubo no obstante quien planteó una operación relámpago, para proceder al relevo de Díaz antes de las municipale­s y autonómica­s de mayo. Celebraron que era una demanda transmitid­a hasta por algunos alcaldes andaluces hasta ese momento afines a la todavía presidenta de la Junta en funciones, que no querrían “hacerse una foto con ella” en sus inminentes campañas electorale­s. La presidenci­a de la Junta, pensaban en Ferraz, era el único poder que cohesionab­a a las tropas de Díaz, que se dispersarí­an tras abandonar San Telmo.

Pero los fieles a Díaz han hecho piña, e incluso se han producido ya algunas escaramuza­s públicas, como la que enfrentó al alcalde de Valladolid y portavoz de Ferraz, Óscar Puente, con el coordinado­r de la interparla­mentaria del PSOE andaluz, y diputado en el Congreso, Antonio Pradas. La líder de los socialista­s sevillanos, Verónica Pérez, también salió en tromba para criticar que se pida la dimisión de quien ganó las elecciones andaluzas, “y no se le pida responsabi­lidades a quien las pierde”, en velada alusión a Sánchez, que fracasó en las dos elecciones generales a las que se presentó. En el mismo sentido se pronunció la propia Díaz: “¿Dimitir quien gana? ¡Tendrá que dimitir quien pierde!”.

LAS CAUTELAS DE SÁNCHEZ “Susana caerá por su peso, no hace falta meterse en una guerra”, advierten en el partido

MUNICIPALE­S Y AUTONÓMICA­S “También tendrían que dimitir entonces los que en mayo no lleguen al 30%”, avisan los críticos

LA LÍDER ANDALUZA NO SE VA Díaz, ante las andanadas del partido, recuerda que ella sí ganó las elecciones

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JULIÁN PÉREZ / EFE La todavía presidenta de la Junta de Andalucía en funciones, Susana Díaz, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
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