Cs intenta marcar distancias con Vox
Moreno y Marín inician la negociación de la estructura del nuevo Ejecutivo
A diferencia del discurso y la estrategia marcada por el Partido Popular, Ciudadanos no quiere aparecer atado Vox en Andalucía y sigue marcando distancias, por ahora sólo dialécticas, con la formación de Santiago Abascal.
Cs asume que ha tenido que aunar fuerzas con PP y Vox para desalojar a Susana Díaz del Palacio de San Telmo, y acabar así con “cuarenta años de régimen socialista”. Un cambio de gobierno que están convencidos de que es el inicio de un vuelco electoral en España que puede arrasar con el PSOE.
Con todo, Cs no quiere, pensando precisamente en las municipales y autonómicas de mayo y en su pretensión de seguir sumando votos procedentes de diestra y siniestra, quedarse atrapado en una suerte de bocadillo conservador formado por PP y Vox. La clave para ello, señalan los estrategas liberales, es que Vox ni condicione el programa de gobierno para Andalucía que han pactado con el PP, y que Cs califica de “centrista y europeísta”, ni por supuesto se acaben integrando a algún miembro de Vox en la arquitectura institucional del futuro Ejecutivo andaluz.
De ahí que en las últimas semanas tanto el líder andaluz de Cs, Juan Marín, como otros dirigentes del partido están lanzando serias advertencias al PP, en un momento en el que se va a iniciar la negociación sobre el diseño del futuro gobierno, de que no aceptarán que Vox modifique el acuerdo de gobierno. Una alianza más cercana con la derecha extrema podría no sólo provocar un regreso de votantes hacia el PSOE, sino generar contestación interna en un partido poco acostumbrado al debate interno y la disentimiento público.
“Estoy agradecido a Vox de que haya apoyado a la candidata de Cs a la Presidencia del Parlamento Andaluz, pero nada más. No tengo ningún acuerdo firmado con Vox”, afirmó ayer Marín en una entrevista a El Mundo. Unas declaraciones que alentaron el duro enfrentamiento en las redes sociales entre las dos formaciones y que empezó hace unas semanas con el llamamiento de Manuel Valls, alcaldable por Barcelona, a hacer un “cordón sanitario” a los populistas. Una de las replicas a Marín la hizo ayer en Twitter el líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, quien dijo que a pesar de que “algunos de sus dirigentes no se enteren”, entre la mayoría de votantes del PP y Cs “existe un apoyo masivo al pacto con Vox”.
A la espera de sentarse esta semana con Moreno para negociar el gobierno andaluz, con sus declaraciones Marín reafirmó ayer la posición de Cs respecto a Vox.
Asimismo le pidió calma al PP, avanzando que contemplan las negociaciones como un proceso lento y preven agotar el plazo del 16 de enero. Entre otras razones porque ya han emergido las primeras discrepancias: Cs quiere reducir de trece a diez las consejerías de la Junta, para “aligerar” la administración, mientras que los populares ven “correcto” que el futuro Gobierno tenga entre 11 y 12 departamentos. “No se trata de imponer nada a nadie, sino de llegar a consensos; no hay que tener prisas porque el trabajo hay que hacerlo bien”, afirmó Marín, quien se perfila como vicepresidente de la Junta.
En una rueda de prensa en Jerez de la Frontera, Marín aseguró que con el PP sólo ha hablado de la estructura de gobierno y que en ningún paso Moreno le ha planteado, o insinuado, un cambio en el programa que pactaron o la entrada de Vox en el Gobierno.
Cs va a intentar que el programa no cambie ni una coma, entre otras razones porque considera que ese acuerdo, con medidas sociales y económicas que defienden la “libertad individual”, son el mejor cortafuegos que tienen frente a Vox, y ante unos partidos de izquierda que están intentado utilizar el escenario andaluz para cargar contra Cs y afirmar que han abandonado las coordenadas del centro izquierda. En este sentido, la portavoz de Cs y líder en Catalunya, Inés Arrimadas, subrayó que el partido va apuntalar un gobierno constitucionalista y europeísta, un modelo que intentará replicar en otros municipios y autonomías en mayo.
De hecho, en la última ejecutiva de Cs, celebrada tras los resultados andaluces, donde los liberales pasaron de nueve a 21 diputados, Albert Rivera señaló que la estrategia del partido va a pasar por jugar la “geometría variable” de pactos, e intentar formar gobiernos municipales y autonómicos también con los socialistas, no sólo con el PP.
De hecho, Rivera, en una reciente entrevista concedida a Efe, mostró abiertamente su incomodidad con Vox al asegurar que no están dispuestos a constituir gobiernos con formaciones que no sean “constitucionalistas históricos”. Una manera de excluir, dijo, tanto a Podemos como a Vox de futuras alianzas.
Asimismo, Cs ha lanzado estos días una intensa campaña en las redes sociales en la que desgrana algunos de los puntos del acuerdo de gobierno con el PP, con vídeos del economista Luis Garicano –que se presentará a las primarias para ser el candidato a las europeas–, explicando algunas de las medidas que “beneficiarán” a los andaluces: la reducción de la administración andaluza, la bajada de impuestos, la eliminación de las trabajas burocráticas, auditoría de las cuentas públicas...
La reducción del número de consejerías es uno de los puntos de discrepancia entre el PP y el partido de Rivera
Ciudadanos defiende su pacto “europeísta y centrista” con el PP para desmarcarse del partido de Abascal