La Vanguardia

Los deseos de Guardiola

Tras permanecer imbatido hasta el mes de diciembre, el City ha perdido tres de sus últimos cinco partidos y va a siete puntos del Liverpool

- Rafael Ramos

Rafael Ramos se aventura a redactar la carta a los Reyes Magos del técnico del City, Pep Guardiola, solicitand­o en nombre del de Santpedor algunos refuerzos, más suerte en cuestión de lesiones y que la prensa rebaje su presión ahora que han encadenado una mala racha y el Liverpool les ha adelantado en la Premier.

Queridos Baltasar, Gaspar y Melchor (no es por ser políticame­nte correcto, pero me pregunto, como el pobre Mourinho, por qué el rey negro ha de ser nombrado siempre el último):

Ya sabéis que no soy monárquico –lo mío es más bien la república, preferible­mente catalana– y cuáles serían mis deseos para este año. Os los he pedido muchas veces en cartas anteriores. Pero una vez más dudo de que me los podáis conceder, tal y como está el patio. Me he portado bien, pero ya entiendo que hasta vosotros tenéis vuestros límites, y que la independen­cia y la libertad están muy en demanda en todo el planeta. Así que voy a intentar ser realista, y centrarme en cosas más prosaicas que tal vez se encuentren a vuestro alcance.

Primero que nada, os pido una alternativ­a a Fernandinh­o, que va para cumplir 34 años, y cuando no puede jugar nos pasa como contra el Crystal Palace y el Leicester, que nos dieron sopas con onda. Y el día del Chelsea no estaba en plena forma física, así que también perdimos. Ya sé que en el fútbol también tenéis vuestras limitacion­es, pero, si fuera posible, me gustaría que me dierais a Tanguy Ndombélé del Lyon, que en la Champions hizo un par de partidazos contra nosotros, y puede cumplir la misma función del brasileño, de contención defensiva y primera línea de ataque. Sería estupendo. También me gustaría Frankie de Jong, el holandés del Ajax, pero me ha dicho un pajarito que el Barça y alguno que otro más también lo quieren, y la cosa no se presenta fácil.

Comprendo que hay muchos equipos más pobres y necesitado­s en el mundo –al fin y al cabo yo he gastado 600 millones de euros en jugadores desde que estoy en el City–, pero os agradecerí­a refuerzos en los laterales. Con Mendy y Walker me puedo apañar, aunque el francés me sacó de mis casillas cuando se fue a un combate de boxeo a Londres y al día siguiente vino tarde al entrenamie­nto (ahora lo tengo lesionado hasta febrero), y el inglés es un poco irregular y a veces nos cuesta goles. Pero por lo menos juegan abiertos, como les pido. En cambio a sus sustitutos naturales, Delph y Danilo, les da por irse hacia el centro, con lo cual dejan espacios por las bandas que los rivales explotan. Y defender centros y balones altos no es lo nuestro, un equipo de bajitos. Algún defensa alto tampoco vendría mal (Matthijs de Ligt, también del Ajax, por ejemplo), pero no me quiero pasar.

Todos los equipos padecen lesiones, pero os pido que las nuestras no se produzcan todas de golpe, como ha ocurrido esta temporada, en la que apenas he podido contar con De Bruyne, David Silva se lesionó contra el Chelsea y sólo ha reaparecid­o ahora (ambos son la combinació­n ofensiva perfecta, uno diestro y el otro zurdo), protegidos por Fernandinh­o, que espero que pueda jugar el partido decisivo del jueves contra el Liverpool (ya sé que no podéis intervenir en los resultados, así que en ese sentido no os pido nada). Aparte, Sergio Agüero se ha perdido cinco partidos y Mendy se rompió en la séptima jornada.

No quiero parecer caprichoso, y no hace falta que me recordéis que me empeñé en el regalo de Riyad Mahrez, cuando ya tenía a Gabriel Jesús, Agüero, Sterling, Sané, Foden y Bernardo Silva, y que en su lugar podía haber pensado en la necesidad de cubrir a Fernandinh­o. Pero el año pasado os pedí a Jorginho, que me habría venido de perlas, y en cambio se lo disteis al Chelsea. No digo nada, vosotros sabréis por qué. Pero lo cierto es que Fabian Delph (que tanto le gusta al selecciona­dor inglés Gareth Southgate y tan buen papel hizo en el Mundial de Rusia) y Gündogan (que por cierto es mi vecino) tienen sus cualidades, pero no son lo mismo que el brasileño. No sólo en el campo sino en el vestuario. Habla portugués, castellano e inglés, y ejerce como una especie de padrino de los chicos jóvenes. Insustitui­ble.

Os pediría también que la prensa inglesa no esté tan encima mío, y me critique por haber roto el tándem de centrales que forman Laporte y Stones, que tan bien funcionó a principio de temporada, y combinar a ambos con Otamendi y Kompany. Cierto que hemos salido perdiendo defensivam­ente, pero es esencial dar minutos a todo el mundo y que haya competenci­a para todos los puestos. El jeque Mansour me pidió al ficharme dos jugadores de clase mundial para cada posición, y no es fácil conseguirl­o. Para ello sigo contando con vuestra generosida­d, no sólo este año sino mientras me quede por estos lares. Y en cuanto a lo otro, a la política, ya sabéis lo que quiero. Mi lazo amarillo lo dice todo.

Fernandinh­o es un jugador esencial en el esquema de Guardiola, pero ya está a punto de cumplir los 34

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DAN ISTITENE / GETTY Pep Guardiola se lleva las manos a la cabeza descontent­o con la falta de disciplina de sus jugadores
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