Donald Trump

PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS

La fragilidad de Trump es cada vez más evidente. El presidente cerró el año desmintiendo declaraciones de cargos de su entorno. Reafirmó sus apuestas para retirar 2.000 efectivos de Siria y levantar un muro de cemento en la frontera sur.

El 19 de diciembre Donald Trump anunció que Estados Unidos retiraría a sus 2.000 militares de Siria en un mes. Ayer, sin embargo, alargó este plazo hasta los cuatro meses. El presidente cedió así a las presiones de sus consejeros civiles y militares y dio un nuevo ejemplo de que es un presidente impulsivo y errático. La decisión de salir de Siria a toda prisa provocó la dimisión del secretario de Defensa, Jim Mattis. Ahora, Trump parece haber entendido que la retirada deja una amplia región en el nordeste de Siria a manos del régimen de Damasco y sus aliados rusos e iraníes, mientras el Estado Islámico, aunque debilitado, sigue siendo una amenaza. La fragilidad de la Administración, asimismo, es cada vez más evidente. Trump despidió el año con una oleada de tuits destinados a desmentir las declaraciones de cargos cercanos. Con su habitual tono agresivo, primero dejó claro que el Gabinete “nunca abandonó” el proyecto de levantar un “muro de cemento” en la frontera con México, tal y como había afirmado el domingo el jefe de personal de la Casa Blanca, John F. Kelly, desatado con la prensa ahora que abandona el cargo por desavenencias con el presidente. La inversión que el Gobierno debe destinar al muro es precisamente la piedra que ha encallado la aprobación de los presupuestos, que ha obligado a cerrar una cuarta parte de las oficinas de la administración pública esta Navidad. Los demócratas, que mañana jueves se harán con las riendas de la Cámara de Representantes, defenderán un presupuesto que no contempla destinar cinco mil millones de dólares a construir el muro, como exige Trump. Su partida se limita a 1.200 millones para mejorar la seguridad en la frontera.